Mientras el Relámpago jamaicano yacía en el tartán, los británicos festejaban el oro
Mo Farah tampoco tuvo la despedida soñada de las pistas, al quedar segundo en 5 mil metros
Hoy, la subcampeona olímpica Guadalupe González buscará poner a México en el medallero
Domingo 13 de agosto de 2017, p. a13
Londres.
Fue un final dramático, absolutamente inapropiado para el mejor atleta de la historia. Tendido sobre el tartán, lesionado, sin poder acabar la última carrera de su fabulosa trayectoria.
Así terminó el jamaicano Usain Bolt en los Mundiales de Londres. Por los suelos, sin su esperado oro, casi olvidado por los fans que siempre lo adoraron y ayer prefirieron festejar la victoria de los suyos.
Ganaron los británicos el relevo 4x100, mientras el astro Bolt se revolvía sobre el tartán, tendido en el carril cinco de Jamaica. Ni en sus peores pesadillas podía haberse imaginado la estrella del atletismo mundial que el destino le habría reservado, a sus 30 años, un adiós tan grotesco y tan impropio de su figura.
Cuando todos los fans que llenaban el Estadio Olímpico de Londres esperaban que Bolt se resarciera de su inesperado bronce en los 100 metros, al jamaicano le sucedió lo que nunca antes. Fue en la cuarta posta de su equipo, la que debía llevar a Bolt a redondear su incuestionable gloria con su último oro mundial. Habría sido el duodécimo.
A los pocos metros de recibir el testigo, empezó a cojear. El astro siguió como pudo aún unos cuantos más y a mitad de ese último tramo se lanzó sobre el tartán agarrándose la parte trasera de una de sus piernas.
Luego dio una espectacular voltereta sobre sí mismo, como si todo fuera un circo del absurdo, y se quedó tendido sobre la pista, sin poder concluir la última carrera de su excelsa trayectoria, mientras sus rivales cruzaban la meta como centellas.
EU y Japón, plata y bronce
Los primeros fueron los británicos, en 37.47 segundos, seguidos de los estadunidenses (37.52) y de los japoneses (38.04).
Es un calambre en los isquiotibiales de su pierna izquierda, pero mucho del dolor que tuvo fue el de la decepción por perder la carrera
, afirmó Kevin Jones, médico de la selección de Jamaica,
Bolt acababa de vivir el momento más extraño y contradictorio de su carrera. El público inglés no podía dejar de festejar el impensable oro de sus atletas, mientras su ídolo yacía sobre el tartán, sufriendo su drama.
Pareció una escena irreal montada para alimentar el espectáculo que siempre acompañó al mejor velocista de la historia.
Pero Bolt siguió tendido, revolviéndose, hasta que llegó la asistencia, que tardó un poco, y también lo hicieron sus compañeros.
Luego, como si se hubiera recuperado milagrosamente, se levantó rápido, con gesto contrariado, dando a la cabeza y con una media sonrisa al mismo tiempo.
En la grada, apenas se oyeron los habituales gritos de ¡Bolt, Bolt!
El público seguía festejando el triunfo británico, ajeno al drama de su gran ídolo. Como si nunca lo hubiera sido, como si el actual recordista mundial de 100 (9.58) y 200 (19.19) metros no hubiera conquistado ocho oros olímpicos y 11 planetarios, dos platas y un bronce mundiales, además de ser el único que ha conseguido doblete 100-200 en tres Olímpicos.
El astro jamaicano hizo algún tímido saludo hacia la grada antes de desaparecer en las entrañas del Estadio Olímpico, sin que los fans parecieran darse cuenta, y mientras sus compañeros atendían a las cámaras de televisión, Bolt sólo pudo expresarse más tarde en sus redes sociales, con dos breves mensajes de agradecimiento a su equipo y a los aficionados.
No se puede permitir que este campeonato defina lo que hizo en el pasado. Sus logros son increíbles. Sigue siendo el amo
, dijo el estadunidense Justin Gatlin, rival y villano como ganador del hectómetro hace una semana. Regresará dentro de un par de años... Adora al público y el público le adora. Ama demasiado este deporte para irse así. Es alguien que disfruta el espectáculo
, vaticinó.
La afición no estaba preparada para tan dramático final, menos después de que el ídolo local, Mo Farah, tampoco tuviera la despedida soñada, un último doblete dorado, antes de dejar las pruebas de pista para correr maratón.
Allyson Felix, la más laureada
Tras su oro en los 10 mil metros, Farah no tuvo su habitual final diabólico en los 5 mil, pero al menos subió al podio con la plata, superado por el etíope Muktar Edris (13.32,79), primer hombre en batirlo en los recientes seis años. El estadunidense Paul Chelimo se quedó con el bronce.
Allyson Felix conquistó su medalla número 15 en los Mundiales, un récord, como parte del cuarteto estadunidense que ganó el relevo 4x100 en el que también estaban Tori Bowie, Aaliyah Brown y Morolake Akinosun, y que se impuso con tiempo de 41.82, mejor marca de este año. La plata fue para las británicas (42.12) y el bronce para las jamaicanas (42.19).
Felix es ya la atleta más laureada en la historia del certamen, con una presea más que el propio Bolt y la también jamaiquina Merlene Ottey. Y si hoy gana el 4x400, extenderá su registro a 16.
En un atardecer no muy propicio para las viejas glorias, la australiana Sally Pearson dejó atrás años de lesiones para, a los 30, lograr su segundo título en los 100 metros vallas.
Y la rusa Maria Lasitskene, competidora bajo bandera neutral, ganó el oro en salto de altura con 2.03, en una final en la que la española Ruth Beitia, vigente campeona olímpica, concluyó última. La plata se la llevó la ucrania Yuliia Levchenko y el bronce, la polaca Kamila Licwinko.
Finalmente, el francés Kevin Mayer, subcampeón el año pasado en Río, se convirtió en el nuevo monarca del mundo de decatlón, con 8 mil 768 puntos, mientras el alemán Johannes Vetter es el nuevo rey de la jabalina, con lanzamiento de 89.89 metros.
En la última jornada del mundial, que ofrece 11 finales, tomarán parte nueve mexicanos, de los cuales, ocho marchistas encabezados por la subcampeona olímpica Guadalupe González, y el saltador de altura Édgar Rivera.