Fleet Foxes
Titán
Silver Rose
omo ya se ha dicho aquí antes, la esperanza renace cuando, en medio de tanta estulticia y bazofia por millares, sigue brotando música hermosa, extraordinaria, fuera de toda corriente o moda. Todo un remanso de belleza que desde ya, perfila a ser uno de los álbumes más relevantes del año.
Se trata de Crack Up de Fleet Foxes. ¿Los recuerdan? Originarios de Seattle, emitieron antes dos álbumes fastuosos (uno homónimo de 2008 y Helplessness Blues de 2011), más el primero que el segundo. Su quietud folk contemplativa y su perfección armónica coral (en su momento hizo recordar a los Beach Boys, a Crosby, Still & Nash e incluso a America, puestos al día con una producción de pop suntuoso), les dio un lugar notorio en el indie de esos años, tanto entre el público como entre la crítica, gracias a que emergieron con una voz impar, habitante de su propio mundo etéreo.
En medio de tal sosiego, dichos álbumes ofrecían alegría y soleado optimismo pastoral, bucólico, campirano, a veces hasta navideño, entre ecos, mandolinas, pianos magros, panderetas mil y cascabeles. Lejos de sonar cursis, forjaron un estilo intenso, particularmente atractivo. Sin embargo, en seis años no se supo más de ellos, y se pensó que no volverían. No contábamos con que su cabecilla, el cantautor y guitarrista Robin Pecknold, sólo se había retirado a estudiar un posgrado en Nueva York, para regresar envuelto en mayor gloria.
Con la claridad de que en su segundo disco tendía a repetirse, Fleet Foxes vuelve con un tercer plato diferente, mucho más sofisticado y arriesgado. El sol se ocultó y el ánimo se volvió más sombrío, menos optimista, más dramático, pero no menos bello. Basado en un ensayo del escritor F. Scott Fitzgerald (cuyo título es emulado en este disco), así como en cuadros del pintor español Francisco de Goya, Pecknold canta aquí sobre la Guerra Civil Estadunidense, la mitología griega y romana, la ansiedad sociopolítica, las trabas de las relaciones humanas, de forma muy llevadera, aceptando tranquilo las vicisitudes como una prueba de estar vivo.
Las caleidoscópicas armonías corales prevalecen, así como los pianos conmovedores e hipnóticos, las copiosas guitarras acústicas y las baterías jubilosas, pero ahora hay más teclados ambientales y pasajes orquestales: cuerdas y alientos épicos se arrullan en un esplendor brillante de eco al estilo de The Zombies, con una complejidad y dulzura melódicas que recuerda al primer Yes, con toques del más folkie King Crimson. Apoyado en su compañero de banda, el también guitarrista Skyler Skielset en co-producción, Pecknold arma un art-pop de cámara adictivo y memorable, cuyas estructuras son más progresivas que lo antes hecho: suites de dos o tres partes, de seis a ocho minutos, sonidos incidentales (pájaros, pasos, puertas que cierran, susurros), bajeos de jazz, van dotando a este viaje de una fluidez insospechada, pues a pesar de lo intrincada que suena la conjunción de elementos, se desliza suave en los oídos y el alma cual riachuelo fresco. Altos momentos resultan ser I am that I need / Arroyo Seco / Thumbprint Scar, Cassius, la gran Third of May / œdaigahara, así como la espléndida On another Ocean / January / June. Sin embargo, no hay una sola pieza mala. El disco se sostiene como una pieza redonda de inicio a fin con gran maestría. Muy grata sorpresa, este regreso inesperado, este Crack up que resulta ser de verdadera ruptura, de sonido atemporal, gran personalidad y mucho gozo. Alguien tráigalos ¡ya! a México.
AJ Dávila. Mondragón. The Iron Maidens. Cardiel. Melodycans.
Viernes 18. 1. Noche de electrónica y destrucción con el trío maravilla de synth-rock Titán; también: Mijo, Hotmale, Nick Zedd y Christeene (Estados Unidos). El Candelero (Insurgentes Sur 1333); 21 horas, $300 en Boletia https://noches-titan.boletia.com/. 2 Punk rock alegre con AJ Dávila y Elis Paprika. Foro Indie Rocks! (Zacatecas 39, en la Roma); 21 horas, $180 en E-ticket 3. Velada experimental con Édgar Mondragón: sintetizadores, secuencias, bajos; muy bonito. Sala Murray Schafer, Fonoteca Nacional (Francisco Sosa 383, colonia Coyoacán); 19 horas, entrada libre.
Sábado 19. 1. Muy buen rock-pop con toques de shoegaze, el que hace Silver Rose, con Carla Sariñana al frente (bajista de Ruido Rosa). Museo del Chopo (Enrique González Martínez 10, Sta Ma. la Ribera); 19 horas, entrada libre. 2. Heavy metal femenino desde California con The Iron Maidens. ¡Puro poder! De México: Cerberus y The Fact Remains. Pasagüero (Motolinia 33, Centro); 21 horas, $350 y $450 en Boletia: https://ironmaidenscdmx.boletia.com/ 3. Hardcore + emo punk de arrastre con Cardiel, No Somos Marineros y Corporeal. Centro Cultural de España (Guatemala 18, Centro); 19 horas, entrada libre.
Domingo 20. Los Melodycans desde Monterrey. Puristas del reggae-ska-rocksteady, presentan el disco El Ataque de la Nueva Ola. También: Skapienz, La Sabrosísima y Skattians. Alicia (Cuauhtémoc 91-A, Roma); 15 horas, $100 (más conciertos).
Twitter: patipenaloza