El secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, consideró ayer como una estrategia de negociación la advertencia del presidente Donald Trump de que podría abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Si Trump quisiera terminar con el acuerdo, ya lo hubiera hecho. No esperaría ocho meses de su gobierno para iniciar el proceso de modernización, agregó el funcionario, quien ante este tipo de planteamientos, pidió no sobrerreaccionar, actuar con serenidad y cabeza fría y entender que este es un proceso de negociación.

En declaraciones a la radio y la televisión, Videgaray resaltó que no hay sorpresas en la actuación del mandatario estadunidense, pues lleva toda una vida trabajando con un estilo muy particular, que sin duda es agresivo.

También añadió que el diálogo va a tener momentos de tensión y confrontación, pues así son las transacciones comerciales y así es nuestro interlocutor, puntualizó.

Trump dijo el martes que Estados Unidos probablemente terminaría el tratado comercial luego de que la negociación entre los tres países socios no lograra superar diferencias profundas en una primera ronda celebrada recientemente en Washington

Luis Videgaray recordó que el propio acuerdo estipula mecanismos para que cualquiera de los firmantes se salga. Pero Estados Unidos permanece en éste porque le conviene. Hay millones de empleos que dependen del acceso al mercado mexicano. Sin ello, habría un enorme problema económico y político para Trump, puntualizó.

Luis Videgaray, secretario de Relaciones ExterioresFoto Notimex

El canciller añadió que México va a seguir negociando con claridad, firmeza y defendiendo el interés nacional.

Por su lado, el titular de Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), José Calzada, advirtió en el Senado, que las declaraciones de Trump de que se podría acabar el TLCAN no corresponden con la realidad y con lo platicado con su homólogo de Estados Unidos, George Sonny Perdue.

En la reunión plenaria del PVEM, apuntó que tratar de sustituir o cambiar a los proveedores de alimentos en América del Norte es una apuesta arriesgada, pues el sector alimentario convive en paz y las economías de Estados Unidos, Canadá y México se encuentran plenamente integradas y con superávit comercial. Si somos un buen proveedor y ellos también lo son para nosotros, las cosas deben permanecer como están, puntualizó,

Al país del norte se le venden mil 500 millones de pesos diarios en comida, sostuvo. Se pueden imaginar la cantidad de tráilers, de mano de obra, de inversiones atrás, expuso.