Culiacán, Sin.

Mirna Nereyda Medina Quiñónez, lideresa del grupo de búsqueda Las Rastreadoras, quien por más de tres años indagó el paradero de su hijo Roberto Corrales Medina, señaló que la Fiscalía General del estado confirmó que las pruebas genéticas de un cuerpo exhumado en julio pasado corresponden a su vástago.

“Promesa cumplida… te encontramos,Roberto Corrales… hoy recibí la noticia de que el cuerpo localizado el 14 de julio es de mi negro, mi hijo… cabe mencionar que el cuerpo estaba semienterrado, por lo tanto no se encontró completo”, publicó Mirna Nereyda en su cuenta de Facebook.

Los restos óseos de Roberto Corrales fueron exhumados el 14 de julio de este año en una fosa clandestina ubicada en la comunidad serrana de Ocolome, municipio de El Fuerte.

Pasaron tres años desde que el hijo de Mirna Nereyda desapareció en una gasolinera ubicada en la comunidad de Mochicahui, municipio de El Fuerte. La última vez que fue visto, lo obligaron a abordar una camioneta Ford Explorer negra, conducida por el entonces comandante de la policía de esa comunidad.

Mirna inició la búsqueda de su hijo, y a pesar de varias amenazas que recibió en todo este tiempo no paró de buscar.

En su andar entre páramos y caminos para obtener pistas del paradero de su hijo, Mirna integró la organización civil de familiares de desaparecidos en el norte de Sinaloa, conocida como Las Rastreadoras, bautizada así por el periodista y escritor Javier Valdez, asesinado el 15 de mayo de este año.

Su labor rebasó el trabajo de cualquier autoridad en Sinaloa, donde en septiembre de 2016 sumaban 2 mil 200 desaparecidos en los cinco años y ocho meses del gobierno estatal encabezado entonces por Mario López Valdez. La activista ha podido demostrar que los policías están involucrados en alrededor de 90 por ciento de las desapariciones y no hay autoridad que ponga freno a este ilícito.

Te buscaré hasta encontrarte, se lee en las camisetas que portan Las Rastreadoras cuando acuden a búsquedas o realizan alguna protesta.