Aunque la dotación de arpa, guitarra y los parientes de ésta siempre produce un matrimonio muy bien avenido, dentro de la música folclórica –no sólo de México, sino de Chile y Argentina–, en la de concierto no es común, dice Gerardo Tamez.

El compositor y guitarrista estrena hoy en México su obra Dos dalias: concierto para dos arpas, guitarra y cuerdas, en el sexto Festival Internacional de Guitarra que desde el pasado lunes se desarrolla en el Conservatorio Nacional de Música.

Esa obra fue comisionada por Patricia y Jim Wooster, y está dedicada al dúo de arpas Sondos, integrado por Mercedes Gómez y Janet Paulus, quienes participan en el recital. Tuvo su estreno mundial el 5 de julio de 2010 en el Teatro Rialto, en Tacoma-Seattle, durante la 39 Conferencia de la Sociedad de Arpa Americana.

Ha sido tocada en Belgrado y Varsovia. En 2011 Sondos, fundado dos años antes, recibió apoyo de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes para grabar Dos dalias.

En entrevista con La Jornada, Tamez explica que la guitarra y el arpa tienen muchas cosas en común en cuanto a timbre, efectos y maneras de tocar, aunque desde luego tienen sus partes exclusivas. Los antecedentes del músico, miembro fundador de Los Folkloristas, hablan por sí solos. En cierta época llegué a tocar arpa jarocha, requinto, jarana. De alguna manera me es familiar hasta para las manos.

Dos dalias, sin embargo, es su primer concierto para arpa. Su antecedente fue Arpatlán: Justamente, Mercedes Gómez y otros artistas organizaron por varios años los encuentros latinoamericanos de arpa. Allí, las arpas clásicas o diatónicas, y las arpas folclóricas, se unieron para tocar en conjunto. Ellos me encargaron hacer una obra para ambas, en la que tuvieran sus partes preponderantes y las de acompañamiento. Fue el arranque de Tamez en esa vertiente.

También recuerda toda la experiencia que ha tenido con el ensamble Tierra Mestiza, del que es director, y Gómez, integrante. Es una práctica cotidiana en la que se aprende a tocar el lenguaje del arpa. Tamez añade que no es fácil escribir para ese instrumento en la medida que uno, como compositor, debe considerar muchas cosas; incluso una cuestión, un poco coreográfica, de que las arpas clásicas tienen siete pedales y cada uno 13 posiciones. Entonces, es más complicado que un tráiler.

Son, pirecua y zapateado

El concierto en el Conservatorio Nacional de Música contará también con la participación del Cuarteto Redes, pues se tocará en una versión para quinteto de cuerdas. Tendrá de invitado al contrabajista Enrique Bertado. Tamez tocará la guitarra y Mercedes Gómez, presente en la entrevista, anota que la única vez que Dos dalias se ha tocado con orquesta de cuerdas completa, como indica la partitura, fue con la Filarmónica de Belgrado, función en la que la arpista participó al igual que en un recital en Varsovia en 2012. Esa vez Gómez dio una clase magistral en la que se trabajó la partitura de Dos dalias y dos alumnas se graduaron al interpretarla.

La pieza se divide en son, pirecua y zapateado. Al final hay unos acentos y efectos percutivos que hacen todas las cuerdas, frotadas y punteadas. Por lo demás, continúa, es un concierto bastante tradicional en tres movimientos: rápido, lento y rápido. Tiene sus cadencias para las dos arpas y la guitarra juega un papel relevante, no dentro de las cadencias, sino de lo que hace el acompañamiento.

Respecto a ese acercamiento dual, Tamez dice: Mi relación con la música folclórica es muy profunda y de toda la vida. Mi educación conservatoriana me ha habilitado para escribir lo que escucho. Pesco la esencia de la música folclórica y popular, no nada más mexicana, sino de otros países de América Latina, por mi experiencia con Los Folkloristas.

La Secretaría de Cultura federal, el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Conservatorio presentan el sexto Festival Internacional de Guitarra y el sexto Concurso Nacional de Guitarra.

El concierto es hoy a las 19 horas en el Conservatorio (Presidente Masaryk 582, Polanco).