A pesar del entorno difícil y angustiante para la economía nacional al comenzar 2017, los resultados en el año revelan que el rumbo económico ha tenido un desempeño positivo. Sin embargo, los desafíos y retos persisten, y no es momento de bajar la guardia. Más bien es tiempo de estar unidos, de tener una visión compartida del rumbo que nos hemos trazado, aseveró el presidente Enrique Peña Nieto durante la evaluación del Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar.

El Presidente subrayó que el desafiante entorno internacional nos ha puesto a prueba. Hoy, queda claro que somos un país mejor preparado, más fuerte y sobre todo más unido. La solución a los retos del exterior deben surgir del interior. En la unidad nacional está la posibilidad de mayores éxitos. El futuro de México lo determinamos los mexicanos.

Ante dirigentes empresariales, sindicales e integrantes del gabinete congregados en Palacio Nacional, recordó que el acuerdo –que se ha convertido en hoja de ruta para enfrentar la coyuntura– se firmó en un contexto en el que se cuestionaban los alcances de la globalización y del valor de las instituciones; se buscaba el establecimiento de relaciones constructivas con Estados Unidos, y se ajustaron los precios de los combustibles, para ser congruentes con la política fiscal.

Desde entonces, se enfrentaron estos retos en unidad y con acciones específicas para priorizar la protección de la economía de las familias que a ocho meses de la firma ha dado resultados notables. Ante un escenario adverso la economía de México. A siete meses del lanzamiento del acuerdo, la evolución de nuestra economía ha sido muy distinta a la que algunos pronosticaron en ese momento.

Peña Nieto refirió que hay varios indicadores que revelan que la economía muestra mayor solidez, entre los cuales resaltó que, consecuencia de las facilidades fiscales que se otorgaron, se logró la repatriación de 220 mil millones de dólares que serán destinados a inversiones productivas y a la generación de más empleos. Además, del crecimiento del producto interno bruto a una tasa anual de 3 por ciento.

Mencionó otros indicadores: el sector exportador mostró mayor dinamismo, pues creció 10 por ciento entre enero y julio; el consumo interno se consolidó como el motor de la economía; se han creado cerca de 3 millones de empleos y la inversión sigue creciendo, en especial la proveniente del extranjero, que ya asciende a 156 mil millones de dólares.

Estos resultados nos entusiasman, pero no nos distraen de nuestras responsabilidades, por lo que afirmó que el camino emprendido desde 2012 es el correcto. Es momento –insistió– de la unidad en torno a la visión del rumbo que se ha trazado el país hacia el futuro y los objetivos y esfuerzos en los que se debe converger.

El secretario de Hacienda, José Antonio Meade, reconoció que 2016 fue un año especialmente complicado hacia el final del año y se anticipaba que 2017 lo sería también. Mencionó que algunas de variables económicas habían acentuado su caída: en 2003, la producción de petróleo fue de 3.4 millones de barriles diarios; en 2016, 2.1, 1.6 veces menos. En 2008, el precio del petróleo era de 133 dólares por barril; en 2016, el promedio fue de 36, y en febrero era de 18”.

A ello se sumó, el choque de confianza generado por la incertidumbre de nuestra integración regional, dijo Meade en referencia al cambio de administración en la Casa Blanca.

El dirigente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón, respaldó los alcances del acuerdo y celebró sus resultados, pero en su intervención dejó entrever los pendientes: los empresarios queremos convocar a los sectores productivos, a todas las fuerzas políticas y a la sociedad, a construir una agenda mínima de políticas públicas que nos permitan tender puentes para construir un país más sólido, un país más fuerte.

Se requiere además un México, donde la ley se cumpla y los derechos se respeten. Un México, donde los gobiernos se transparenten y la rendición de cuentas sea un hecho.