La procuración de justicia en el país tiene un gravísimo problema de omisión en el cumplimiento de sus responsabilidades. Fiscalías, ministerios y procuradurías son las primeras puertas que tocan las mujeres para acceder a la justicia y simplemente no hay respuesta, afirmó Marcela Eternod Arámburu, secretaria ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

En entrevista, señaló que no es fácil mover a instituciones como las procuradurías, pero son un núcleo duro que tenemos que deshacer, porque si ahí no logramos avanzar, no va a haber modo de que podamos garantizar el acceso de las mujeres a la justicia.

Eternod Arámburu indicó que no sólo falta capacitación, sino principalmente es de formación. No formamos a los abogados en derechos humanos, ni en perspectiva de género, ni en la clasificación de delitos contra mujeres y niñas.

Exhortó a hacer una demanda ciudadana e institucional; las procuradurías tienen una responsabilidad que cumplir y utilicemos todos los mecanismos que están en nuestro alcance para hacerlo. Desde los instrumentos internacionales, que le están diciendo al Estado mexicano lo que tienen que hacer, hasta nuestra realidad cotidiana.

Añadió que se requiere construir otro tipo de cultura en la que se respete a las mujeres y a las niñas por ser seres humanos.

Para Ana Pecova, directora ejecutiva de Equis, Justicia para las Mujeres, la impunidad que se vive en el país obstaculiza el acceso a la justicia. Por eso también se debe poner atención en las instituciones: cómo se construyen, qué elementos, qué factores deben tener para que puedan ser estables, sostenibles, que hagan diferencia y dar resultados a largo plazo.

De igual manera, la atención debe recaer en otros actores que forman parte de la ruta al acceso a la justicia, como el Poder Judicial, que opera en opacidad completa e impunidad absoluta.