Organizaciones sociales alertaron que en México 58 por ciento de las escuelas primarias no cuentan con fuentes de agua segura para beber, mientras 42 por ciento garantiza el acceso al líquido mediante compra de garrafones o solicitando que los padres de familia la proporcionen, cifra que cae a 14 por ciento para los planteles indígenas y comunitarios.

En conferencia de prensa sobre el derecho humano al agua en las escuelas, Fermín Reygadas, director de Fundación Cántaro Azul, destacó que un estudio reciente revela que en 82 por ciento de las comunidades rurales donde se ha introducido agua entubada, la calidad de ésta se halla fuera de las normas oficiales para su consumo.

Al respecto, Rocío Alatorre, comisionada de evidencia y manejo de riesgos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), reconoció que del millón de tomas que se realizan en localidades con acceso a agua entubada, en 8 por ciento no se garantiza su potabilidad, ya que los niveles de cloro que contiene no eliminan todas las bacterias patógenas.

Agregó que en mayo 2016 la Cofepris suscribió un convenio con el Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa (Inifed) para la instalación de bebederos escolares. Agregó que de la meta de 40 mil que deben operar antes de que concluya el sexenio, hasta el momento operan más de 8 mil, aunque en una primera etapa, correspondiente al ciclo 2015-2016, se aprobó la instalación de 11 mil 34 bebederos.

Este año, indicó, la Cofepris se comprometió a monitorear la calidad el agua de 10 por ciento de los bebederos escolares instalados y que estén operando con el apoyo de las autoridades que integran el sistema federal sanitario.

Explicó que con el convenio Cofepris-Inifed quedó establecido que antes de licitar la instalación de equipos para bebederos, la comisión tiene que avalar que efectivamente remueve lo que tiene que remover, y quien gana la licitación está obligado no sólo a instalar, sino a mantener operando el bebedero, por lo menos en un periodo de 3 a 5 años para que el proyecto no quede como un elefante blanco.

Reconoció que en la primera etapa de instalación de bebederos escolares se optó por acudir a escuelas donde se tuviera ya agua entubada, pero en la segunda etapa estamos en conversaciones Cofepris e Inifed de cómo llegar a los planteles que no tienen este servicio. Detalló que en Tlaxcala se está analizando una comunidad que está empleando agua de lluvia.

Sin embargo, María Josefina Menéndez, directora ejecutiva de Save the Children, alertó que el acceso a fuentes de agua potable de calidad y constante es un derecho humano para todo ser humano, pero se convierte también en un factor de equidad cuando llega o no a las escuelas.

Destacó que uno de los principales obstáculos para avanzar en el impulso a programas de salud, higiene y nutrición en los centros escolares es la falta de acceso al líquido.

Agregó que es necesario generar un sistema de información a escala federal sobre la calidad del agua, que pueda aterrizar en los municipios, pues son las autoridades locales las responsables de garantizar el abastecimiento a sus comunidades.