Venecia.

El primer paso para resolver la crisis migratoria global es reconocerla como un problema que afecta a toda la humanidad, dijo ayer el artista chino Ai Weiwei en la presentación de su documental Human Flow en el Festival de Venecia.

Tenemos que entender que en realidad no se trata de los refugiados, sino de todos nosotros. Entonces se podrá encontrar fácilmente una solución, expresó el famoso disidente chino, quien presenta en el certamen su primer largometraje, centrado en la migración.

Weiwei prefirió no entrar en temas políticos en la presentación del documental de 141 minutos, precisamente en Italia, que, como el resto de Europa, intenta contener la migración desde África pese a las críticas de grupos defensores de derechos humanos. Si sólo se habla de política, leyes y tecnicismos, dejando a un lado el ángulo humano de la crisis, nos desviamos del tema, señaló.

Su película, uno de los 21 títulos que compiten en Venecia por el León de Oro, fue rodada a lo largo de un año en 23 países y destaca por su bella fotografía.

Comienza con imágenes grabadas con un celular de un barco que llega por la noche a la isla griega de Lesbos, tomada por Weiwei mientras estaba allí de vacaciones con su hijo.

Después se le muestran al espectador las dificultades a las que se enfrentan sirios, afganos, iraquíes, kurdos, rohingya, eritreos y mexicanos mientras el documental salta de un foco migratorio a otro.

Weiwei, de 60 años, aparece continuamente en la cinta y se le ve jugando, bailando, rodando o consolando a los protagonistas de su documental, pero casi nunca habla y nunca se dirige al público. El artista explicó a los periodistas que quería retratarse a sí mismo de forma sincera, como alguien que trata de descubrir lo que ocurre, así como punto de referencia para los espectadores.

Human Flow culmina con una inquietante imagen aérea de cientos de chalecos salvavidas arrastrados hasta la costa, lo que recuerda a los 14 mil chalecos que el artista anudó a las columnas de una sala de conciertos de Berlín para una dramática instalación de 2016.

El artista, quien se trasladó a Alemania en 2015 tras haber sido encarcelado y sufrir acoso en su país, ha entrelazado poderosamente su arte con los temas migratorios. El año pasado también realizó una instalación con 22 embarcaciones de goma naranjas en la fachada del Palazzo Pitti de Florencia, y consideró que los refugiados son los héroes de nuestra era.

En una proyección anterior a la de ayer, Human Flow fue recibido con aplausos, pero las primeras críticas no han sido del todo positivas.

El periódico británico The Guardian alabó la película como un poema de estilo visual que resulta épico y muy humano, mientras la revista Variety dijo que le faltaba profundidad y la consideró como una especie de Refugiados para dummies (refugiados para tontos).

Human Flow se estrenará internacionalmente en la gran pantalla y será distribuido en línea a través de Amazon. Habrá que esperar hasta el último día del Festival de Venecia, el 9 de septiembre, para saber si se alza con algún galardón.

Jane Fonda y Robert Redford renuevan su amor en filme que estrenaron en la Mostra

Afp

Venecia.

Quería hacer una última película con ella antes de morir, dice Robert Redford. Quería volver a enamorarme de él, afirma Jane Fonda. Los dos interpretan una conmovedora historia de amor en el crepúsculo de la vida.

Medio siglo después de su primera película juntos, la 74 edición de la Mostra, homenajeó ayer a esas dos leyendas del cine, que presentan nuevo filme y recibieron un León de Oro por el conjunto de su carrera.

Fonda, cuyos ojos azules conservan toda su chispa, y Redford, quien lucía un aspecto de eterno joven con sus vaqueros y su camiseta blanca, llenaron este tarde la sala donde dieron una rueda de prensa.

Da besos maravilloso, así que era divertido besarlo cuando tenía unos 20 años, y besarlo de nuevo a los casi 80 años, dijo la actriz oscarizada.

Jane y yo tenemos una larga historia en el cine, recordó Redford. Siempre ha sido sencillo rodar con ella, las cosas ocurrían naturalmente, no necesitábamos muchas conversaciones ni preparación, y sigue siendo así.

Our Souls at Night (Nuestras almas en la noche), su cuarta película juntos, se estrenó ayer fuera de competición en Venecia. Basada en una novela de Kent Haruf, esta producción de Netflix, dirigida por el cineasta indio Ritesh Batra, cuenta la historia de Addie Moore y Louis Waters, dos jubilados, ambos viudos y vecinos, que viven una apacible vida en una pequeña localidad de Colorado.

Ambos se conocen de vista desde hace años, aunque realmente nunca llegaron a intimar. Todo cambia cuando, a propuesta de Addie, deciden cada noche compartir cama, pero para sentirse acompañados y conversar, con el propósito de luchar contra el insomnio que sufre la mujer, y aliviar además la soledad que ambos sienten.

A medida que la amistad crece, las conversaciones nocturnas empiezan a ser más serias y más profundas. Addie y Louis comparten secretos sobre lo que fueron sus respectivos matrimonios, así como las relaciones que los dos mantienen con sus hijos, ya mayores.

Filme sobre la esperanza

Hay pocas ocasiones para hacer películas que interesen a un público de mayor edad, dijo Redford a propósito de una industria del cine que suele orientarse hacia un público joven.

Es una película sobre la esperanza. Nunca es tarde si uno es valiente y está dispuesto a tomar riesgos, opinó Fonda, quien declaró su amor a su compañero de reparto. Quería pasar tiempo con él y quería volver a enamorarme de él. ¡Siempre estuve enamorada de él en todas las películas que hicimos juntos!, confesó.

Hemos interpretado el amor de juventud y ahora el amor entre personas mayores y el sexo entre personas mayores, aunque, para mi gusto, ¡el director cortó demasiado pronto la escena de amor!, comentó la actriz veterana.

A Robert Redford no le gustan las escenas de amor, ¡pero yo vivo por ellas!, bromeó Fonda. Our Souls at Night es la tercera película de Batra, después de A Sense of an Ending (2016) y la conocida Amor a la carta, de 2013).

Redford, de 81 años, y Fonda, de 79, actuaron juntos por última vez en 1979 en una cinta de Sydney Pollack, el western El jinete eléctrico.

La 74 edición del Festival de Venecia se inauguró el miércoles con un desfile de estrellas y leyendas del cine encabezadas por los propios Fonda y Redford, quienes recibieron el León de Oro por toda su carrera.