La administración estatal cerca con vallas metálicas la plaza principal de Cuernavaca
ataques
Miércoles 13 de septiembre de 2017, p. 34
Cuernavaca, Mor.
El alcalde de esta capital, Cuauhtémoc Blanco Bravo, anunció que el 15 de septiembre no participará en la ceremonia del grito de Independencia, por los constantes ataques
que ha recibido de la administración estatal y adelantó que tampoco acudirá al desfile del 16 de septiembre, que en años anteriores presenciaba con el gobernador Graco Ramírez.
“El ayuntamiento de Cuernavaca informa que este viernes 15 de septiembre el alcalde ciudadano Cuauhtémoc Blanco Bravo dará el tradicional grito de Independencia en la colonia Antonio Barona”, informó el ex futbolista en un comunicado de prensa.
‘‘La ceremonia para conmemorar el 207 aniversario del inicio de la lucha por la Independencia de México comenzará a las 11 de la noche en la tercera glorieta, conocida como Las Cazuelas, y cerrará con un espectáculo de juegos pirotécnicos”, detalló. El alcalde estará acompañado por integrantes del cabildo y de su gabinete.
El presidente municipal no acudirá a ningún otro acto o cena de gala, como se hacía en años anteriores en el palacio de gobierno (Casa Morelos), en congruencia por los constantes agravios que ha sufrido el gobierno municipal; por lo contrario, estará en una verbena popular cercano a la gente, como se ha distinguido esta administración
, mencionó.
En el comunicado, fechado el primero de septiembre, Blanco Bravo informó que tampoco estará en los honores a la bandera en el zócalo capitalino, ceremonia que organiza el gobierno del estado.
En esa fecha, con motivo del inicio del mes patrio, Blanco Bravo realizó sus propios honores a la bandera en las instalaciones del ayuntamiento.
Este martes el gobierno del estado cerró con vallas metálicas el zócalo de la ciudad y así lo mantendrá hasta después del 16 de septiembre por la ceremonia del grito de la Independencia.
Hace un año, para cercar el zócalo de Cuernavaca se usaron láminas metálicas de cuatro metros de altura. Algunos morelenses le recordaron al gobernador que la celebración era popular y no una fiesta particular del mandatario y su familia.