Preocupa al organismo el riesgo de enfermedades tras el paso de Irma
Jueves 14 de septiembre de 2017, p. 27
Nueva York.
Más de 2.4 millones de niños en islas del Caribe necesitan ayuda urgente tras el paso del devastador huracán Irma, informó este miércoles el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Esta cifra podría aumentar, ya que aún no existe una evaluación completa de los daños en toda la zona, aclaró el Unicef, con sede en Nueva York.
El órgano también manifestó su preocupación por el riesgo de enfermedades.
La tormenta ya pasó, pero los niños enfrentan un gran peligro debido a la terrible extensión de los daños
, explicó la directora regional del Unicef para América Latina y el Caribe, María Cristina Perceval. Decenas de escuelas quedaron destruidas, según la información.
La semana pasada, Irma cruzó el Caribe como huracán categoría 5 y golpeó a Cuba, Haití, República Dominicana y Antigua y Barbuda.
Mueren ocho pacientes en asilo de ancianos
En otra tragedia vinculada con Irma, ocho pacientes de un asilo de ancianos fallecieron después de que el lugar se quedó sin aire acondicionado a causa del huracán, lo que incrementó los temores sobre la seguridad de los 4 millones de adultos mayores que residen en Florida, en medio de apagones que podrían durar días.
Los investigadores creen que los decesos en el Centro de Rehabilitación en Hollywood Hills están relacionados con el calor, de acuerdo con el jefe de policía de la localidad, Tom Sanchez, quien añadió que el edificio fue sellado y se está realizando una investigación penal.
Sin contar los fallecimientos en el asilo, al menos 17 personas murieron en Florida por circunstancias relacionadas al paso de Irma. Otras seis víctimas mortales se reportan en Carolina del Sur y Georgia. En el Caribe la cifra total de fallecidos se mantiene en 38.
Tras el paso del huracán, al menos seis personas murieron aparentemente por envenenamiento con monóxido de carbono proveniente de generadores en Florida. Un hombre en Tampa falleció cuando la sierra eléctrica que utilizaba para retirar árboles le rebotó y le cercenó la arteria carótida.