Luego del evento no han recibido la atención adecuada para superar el trauma
Viernes 15 de septiembre de 2017, p. 10
Los niños de comunidades afectadas por el sismo del jueves 7 de septiembre muestran síntomas de estrés y sienten un miedo constante de volver a vivir la experiencia, de acuerdo con un informe de la Misión de Evaluación Rápida del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), cuyos miembros estuvieron en las zonas de Chiapas y Oaxaca más afectadas por el terremoto.
Tres equipos técnicos enviados por la Unicef estuvieron en Pijijiapan, Tonalá, San Cristóbal y el Istmo de Tehuantepec, donde encontraron que hay menores de edad en albergues que pasan el día al cuidado de unos pocos adultos y sin distracción alguna, hasta que sus padres vuelven del trabajo.
Son niños, niñas o adolescentes cuyos hogares y escuelas ya no existen, que viven en la incertidumbre de no saber dónde van a vivir o estudiar, y que constantemente sienten el suelo temblar bajo sus pies, debido a réplicas sísmicas
, de acuerdo con Christian Skoog, Representante de Unicef en México.
Según lo observado por los equipos de la organización, en las comunidades mencionadas falta el agua y saneamiento; además las necesidades en cuanto a protección y educación de los menores son mayores de lo que tenían previsto.
Unicef pudo observar también que muchas familias desconocen la existencia de albergues bien equipados relativamente cercanos a sus viviendas y se limitan a lo que ofrecen los más cercanos que, en algunos casos, no son los mejores equipados.
La organización indicó que ha establecido espacios para los niños, en los que se cuenta con herramientas para la recuperación emocional de los niños y su resistencia a futuras catástrofes.
Por lo general, los niños muestran cambios positivos y superan los síntomas de la experiencia traumática (temor o introversión excesivos, agresividad, dolores de estómago o de cabeza, náuseas o cansancio sin causa física)
, indicó Dora Giusti, jefa de Protección Infantil de Unicef.