Los ingresos del sector público en México siguen teniendo una alta dependencia de los hidrocarburos, lo cual pone en riesgo la seguridad de la matriz energética del país, advierte un estudio del Centro de Investigación Económica y Presupuestal (Ciep).

Al analizar el paquete económico propuesto por Hacienda al Congreso para el próximo año, Alejandro Limón Portillo, especialista del centro en temas energéticos, señaló que este sector aportará 28.4 por ciento del total de los ingresos presupuestarios en la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (ILIF) 2018.

Comparado con otros países, se observa que no existe un plan fiscal para reducir tal dependencia y diversificar la matriz energética, puntualizó.

El reporte del Ciep señala que las formas cómo los gobiernos de diferentes países contabilizan los ingresos que genera el sector energético no son homogéneas, pues en ellas influyen diferencias geológicas y geográficas entre países, así como la disponibilidad de recursos naturales y las variadas cadenas de suministro de las industrias que los aprovechan.

En el caso de México, señala que no existe el concepto de ingresos derivados del sector energético, sino que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) reporta los ingresos de la energía mediante la suma de ingresos petroleros del gobierno federal, los cuales se componen de las transferencias del Fondo Mexicano del Petróleo (FMP) el impuesto sobre la renta (ISR) petrolera, los ingresos propios de Petróleos Mexicanios (Pemex) y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

En su análisis el autor consideró los siguientes conceptos como ingresos derivados del sector energético: los propios de Pemex y CFE; los petroleros del gobierno federal; otros de energéticos donde se considera la suma de los ingresos derivados del impuesto especial sobre producción y servicios a combustibles, y el impuesto por la exploración y extracción de hidrocarburos.

Si se consideran de esa manera los ingresos derivados del sector energético, se observa que tales recursos disminuyeron su aportación respecto del total de los ingresos presupuestarios, pues en 2013 significaban 39.7 por ciento del total, mientras que en 2018 llegarán a 28.4 por ciento.

Detalla que dada la consideración propuesta, los ingresos públicos derivados de los hidrocarburos aportan 21.1 por ciento de la actual ILIF, mientras que los del sector eléctrico, 7.3 por ciento.

Limón Portillo señaló en su análisis que una vez expuestos los ingresos públicos derivados del sector energético, se puede observar con mayor claridad la dependencia fiscal que aún se tiene de los mismos.

Detalla que del total de los recursos que el sector aportará en 2018 a los ingresos presupuestarios, 74.4 por ciento (1 billón 107 mil 186 millones de pesos; equivalente a 4.9 por ciento del PIB) provienen del sector de hidrocarburos.

La alta dependencia que aún se tiene de los hidrocarburos cuestiona la seguridad de la matriz energética. Sin un destino específico de los ingresos de la energía, como se practica en algunos países, resulta complicado realizar una transición energética hacia fuentes alternativas, puntualizó.