James Franco conquistó al jurado del Festival de San Sebastián con The Disaster Artist
La cineasta argentina dedicó el premio ganado con Alanís a todas sus colegas; la protagonista lo hizo extensivo a las mujeres fuertes
Handia, rodada en euskera, también fue distinguida
Domingo 1º de octubre de 2017, p. 7
San Sebastián.
Tras encandilar a la crítica, James Franco logró también conquistar al jurado del 65 Festival de San Sebastián con la comedia estadunidense The Disaster Artist; mientras, la argentina Anahí Berneri hizo historia como la primera cineasta distinguida en los 65 años del certamen.
Pocas veces un palmarés fue tan aplaudido como el entregado por el gremio que presidió John Malkovich, que además encumbra una comedia, género menospreciado por los grandes festivales. Nunca olvidaré San Sebastián
, decía el actor nominado a un Oscar por 127 horas, que dirige, produce y protagoniza este filme sobre el rocambolesco rodaje del “Ciudadano Kane de las malas películas”.
Todos tenemos grandes sueños, así que espero que en estos tiempos de locura esta historia pueda aportar un poco de luz e inspiración
, añadió Franco, cuyo apellido, contó después en rueda de prensa, proviene de Portugal. Pese a ser en cierto modo una parodia de The Room y la locura de su director, Tommy Wiseau, The Disaster Artist es también una carta de amor al cine.
Además de Franco, quien también marcó un hito en la andadura del festival fue la directora argentina Anahí Berneri, que con el drama Alanis se convirtió en la primera mujer que se lleva la Concha de Plata en esta categoría. El galardón, que dedicó a todas las cineastas, distingue una mirada que transmite sin juzgar la lucha de una prostituta y madre por recuperar su dignidad. La primera es interpretada por Sofía Gala Castiglione, coronada con la Concha de Plata a la Mejor Actriz. Se lo dedico a todas las mujeres fuertes. Este premio es para nosotras
, dijo al borde de las lágrimas.
Presencia rumana
Poco antes, su compatriota Diego Lerman había recogido el Premio del Jurado al Mejor Guión por Una especie de familia, en la que aborda el espinoso tema de las adopciones ilegales mediante la odisea de una mujer (Bárbara Lennie) dispuesta a casi todo por ser madre. En una noche en la que se rompieron moldes, el jurado también distinguió por primera vez una película rodada en euskera: la fábula vasca Handia (Jon Garaño y Aitor Arregi), que recupera la leyenda sobre el gigante de Altzo. También hubo una mención especial para la cinta más inclasificable de todo el certamen: Ni juge, ni soumise (Jean Libon, Yves Hinant), sobre el día a día de la jueza belga Anne Gruwez.
La potente cinematografía rumana, que llegó al certamen con dos películas a concurso, tampoco se fue con las manos vacías. Bogdan Dumitrache se hizo con la Concha de Plata al Mejor Actor por encarnar el descenso a los infiernos de un hombre tras el secuestro de su hija en Pororoca, y para Alemania, que inauguró el certamen de la mano de Wim Wenders con Inmersión, fue el Premio a la Mejor Fotografía, la del drama bélico en blanco y negro The Captain (Robert Schwenkte).
Durante la gala, en la que la actriz Irene Escolar ejerció de maestra de ceremonias junto a la veterana periodista vasca Edurne Ormazabal, también fueron distinguidas otras dos realizadoras: la chilena Marcela Said, ganadora del Premio Horizontes por el drama sobre la dictadura de Pinochet Los perros, y la francesa Marine Francen, Premio Nuevos Directores por Le Semeur, enmarcada en un pueblo privado de hombres.
La veterana Glenn Close, que hace seis años recibió el Premio Donostia, se encargó de poner el broche de oro a esta edición con La buena esposa. Con ella se despide un festival que homenajeó las trayectorias de los actores Ricardo Darín y Mónica Bellucci, pero también de una cineasta marginal
, como ella misma se definió: la abuela de la Nouvelle Vague, Agnès Varda. Todos ellos dieron glamur a una alfombra roja por la que también pasaron Alicia Vikander, Penélope Cruz, Javier Bardem, Mélanie Thierry o Arnold Schwarzenegger.