Las declaraciones que empresarios y autoridades vertieron en las dos semanas recientes sobre el riesgo de que Estados Unidos abandone el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no impidieron que este miércoles, cuando inició en Washington la cuarta ronda de la renegociación, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), confiaran en que mientras todas las partes sigan sentadas a la mesa hay posibilidades de encontrar una solución. Además, ponderaron los esfuerzos conjuntos que realizarán los empresarios de México y Estados Unidos para que el TLCAN se mantenga vigente.

El secretario asistió al Noveno Diálogo de Alto Nivel entre dirigentes empresariales de México y Estados Unidos, con quienes compartió dónde estamos, así como los retos, las dificultades y posibilidades hacia adelante para encontrar soluciones creativas... Mientras uno esté sentado a la mesa, siempre es posible, dijo, entrevistado al salir del encuentro al que no se permitió el acceso a la prensa.

Coincidente con Guajardo pero en una entrevista previa, Castañón aseguró: seguimos insistiendo en que nuestro Plan A tiene posibilidades. Mientras estemos en las mesas tenemos la oportunidad para arreglarlo, pero con planteamientos lógicos, que respeten las reglas de libre comercio y las internacionales.

Guajardo rechazó que haya desánimo o frustración entre los empresarios de México y Estados Unidos por la renegociación del TLCAN debido a los planteamientos del gobierno de Estados Unidos.

La frustración es un lujo que nadie se puede dar. Más bien es concentrarnos y sobre todo ellos por el interés propio estadunidense de cómo puedan avanzar posiciones que enriquezcan el futuro de la economía de su país, comentó.

Castañón también confió en que el sector privado de Estados Unidos haga recapacitar a la Casa Blanca para seguir en el TLCAN.

El lunes, Thomas Donahue, presidente de la Cámara de Comercio estadunidense, advirtió que si Trump determina sacar a su país del TLCAN, entonces impugnará su decisión ante la Suprema Corte de su país para mantenerlo, porque miles de compañías y millones de empleos estadunidenses dependen del acuerdo.