Especialistas en temas educativos consideraron que la salida de Estados Unidos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) es un doble discurso que busca presionar para obtener un mayor posicionamiento en la agenda educativa internacional, que lentamente y con pasos pequeños ha reconocido que la educación es un derecho y no un negocio.

Marcelino Guerra, profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN)-Ajusco, recordó que ésta sería la segunda ocasión que Estados Unidos sale de la Unesco, la primera en 1984, y tardó 19 años para reincorporarse al organismo multinacional, en 2003.

No podemos descartar, explicó, que Estados Unidos utilice la misma estrategia que ha mostrado durante la actual administración de Donald Trump, que determinó la salida de los estadunidenses del Acuerdo de París, y que ahora toma la decisión de sacar a su país de la Unesco, quizá como un estrategia política en la que busca imponer sus propios intereses.

Señaló que si bien muchas de las directrices aprobadas en el seno de la Unesco para impulsar una educación para todos, con mayores tasas de equidad e inclusión, no suelen cumplirse al pie de la letra, sí representan un esfuerzo por ir estableciendo un marco mínimo de actuación para el concierto de países del mundo, y el que la nación con mayor poderío económico y bélico decida salir de la organización que está construyendo estos acuerdos, no nos indica nada positivo.