Madrid.

El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, recibe presiones para definir su estrategia y línea de acción. El gobierno central le reclamó desde Madrid que responda con un sí o un no a la pregunta de si declaró la independencia, y parte de la coalición independentista que sustenta a su gobierno lo conminó a decretar de forma urgente la constitución de la nueva república.

El mandatario catalán prepara la respuesta al gobierno central con sus principales colaboradores y aliados, que deberá entregar –en un primer plazo– el próximo lunes, y de ésta dependerá si se suspende o no la autonomía aplicando el artículo 155 de la Constitución.

Puigdemont vive momentos de alta tensión al recibir presiones y advertencias desde todos los frentes. La coalición que ha sustentado el movimiento independentista en años recientes y ha llevado a cabo el proceso unilateral de independencia está a punto de fracturarse.

La Candidatura de Unitat Popular (CUP) envió una carta al mandatario catalán y, al mismo tiempo, convocó a su consejo político para decidir los pasos que dará en los próximos días, entre los que incluye ausentarse sine die del Parlamento autonómico –lo que dejaría en minoría al gobierno de Puigdemont– y centrar sus iniciativas en la movilización social para construir el nuevo Estado.

En la misiva, la CUP –partido independentista de carácter anticapitalista y feminista– advirtió a Puigdemont que, dado que el pasado 10 de octubre se perdió una gran oportunidad para declarar la independencia, ahora tiene que hacerlo con urgencia para negociar de tú a tú con el Estado español. Le exigen asumir el mandato popular de los que defendieron sus colegios frente a la violencia que desplegó la ocupación militar y policial y los que fueron golpeados, heridos, humillados y atemorizados por la Policía Nacional y la Guardia Civil. Y que ya son República.

La CUP, que cuenta con 10 escaños en el Congreso regional, también dio por descartada cualquier esperanza en la mediación internacional, por lo que si pretenden seguir aplicando las previsiones del artículo 155 de la Constitución española y nos quieren seguir amenazando y amordazando que lo hagan con la República ya proclamada.

En términos similares se expresó la Asamblea Nacional Catalana (ANC), otra pieza esencial del movimiento separatista que lidera Puigdemont, que insistió en que es el momento de dar un paso al frente y asumir el mandato del pueblo del pasado primero de octubre, en el que 2 millones de personas votaron en favor de la secesión y que representa algo más de 40 por ciento del electorado.

Carles Puigdemont, presidente de Cataluña, durante una sesión del Parlamento en Barcelona el pasado día 10Foto Afp

Desde Madrid, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría presionó en sentido inverso a Puigdemont, a quien instó a responder con claridad a la pregunta de si había declarado o no la independencia después de la confusa sesión parlamentaria del 10 de octubre.

En caso de que confirme que no se dio ese paso se abriría un diálogo parlamentario en el seno del Congreso de los Diputados, con el objetivo de llevar a cabo una reforma constitucional para buscar un mejor encaje de Cataluña en el Estado español.

Pero en caso de que la respuesta sea que sí” se decretó la secesión, entonces se activaría definitivamente el artículo 155 y pondría aún más en riesgo, según las palabras de la dirigente conservadora, la economía catalana, que se encuentra en riesgo de recesión. Desde el pasado primero de octubre se han ido de Cataluña 531 empresas. Entre las compañías que han trasladado su sede están las emblemáticas CaixaBank, Sabadell, Abertis, Cellnex, Catalana Occidente, Bimbo e Idilia Foods.

En ese sentido, Sáenz de Santamaría advirtió que la Generalitat está creando todas las condiciones para sumir a Cataluña en una aguda desaceleración, ya que las agencias de calificación están alertando sobre la inestabilidad, que puede perjudicar la economía, y de que la salida de empresas podría acabar llevando a la región a la recesión.

Sería inviable un nuevo modelo europeo: Junker

Desde la Universidad de Luxemburgo, el presidente de la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la Unión Europea), Jean Claude Junker, rechazó de forma categórica que las instituciones europeas vayan a fungir como mediadoras en el conflicto abierto entre Cataluña y el Estado español. Además, consideró inviable el modelo europeo que se abriría tras la proclamación de independencia de la región catalana. No me gustaría ver una Unión Europea que en 15 años esté compuesta por unos 98 estados. Ya es relativamente complicado con 28, y con 27 no será más fácil (dijo en alusión a la salida del Reino Unido), pero con 98 sería simplemente imposible.