Unión Hidalgo, Oax.

Obreros, ingenieros, profesores, estudiantes, comerciantes, carpinteros y campesinos, un grupo de 20 ciudadanos de entre 18 y 50 años de edad, integran el grupo Cuadría Taco, que con el sistema del tequio (trabajo voluntario) ha ayudado a los damnificados del terremoto del 7 de septiembre a reconstruir sus espacios.

Un día después del sismo, el grupo se empezó a integrar y de inmediato apoyó a los vecinos de este municipio en tareas de limpieza y reconstrucción. Van de casa en casa sin cobrar un peso.

Han cumplido 40 días de ayuda voluntaria y afirman que seguirán si es necesario. Se reúnen temprano en la calle Nicolás Bravo y abordan la camioneta de Jorge Regalado López, uno de los responsables del grupo.

Los damnificados se anotan en una lista de espera. La Cuadría Taco acude con palos, picos, carretillas y demás herramienta para limpiar terrenos. Empiezan a las 7 horas y se retiran al concluir.

Cuando empezaron carecían de cascos y botas, pero la gente, al verlos trabajar, se organizó y les donó herramientas y equipo de protección. Ahora sólo les faltan fajas elásticas.

En ocasiones van a dos lugares en un día, por ejemplo, sólo a quitar tejas y escombros, y en otras, construyen refugios con lámina o lonas.

En la Cuadría Taco todos opinan; alguno toman la motosierra y comienza a cortar, otros hacen hoyos con los zapapicos para colocar palos o limpian tejas o colocan hornos de barro.

Las mujeres son muy agradecidas. Están contentas por todo lo que hemos hecho; nos abrazan y nos dicen que están felices con nuestra ayuda. Por fortuna todos hemos dado lo mejor: nuestro tiempo y espacio, y estamos puestos para ayudar a todos lo que lo requieran, indicaron.

Nicolasa López Vicente es una de las decenas de damnificadas de Unión Hidalgo. En su hogar los integrantes de la Cuadría Taco construyen una galera con palos rescatados de su vivienda y con unas láminas donadas.

En Unión Hidalgo los damnificados aún viven bajo lonas por las constantes réplicas del sismo y la gente sigue con temor; sin embargo, ha comenzado a retomar su vida cotidiana y algunos han reanudado la venta de antojitos y otras labores diarias.