Liberalizar el intercambio, posición nacional en la modernización del acuerdo: negociador
Toca al gobierno crear opciones y a los empresarios aprovecharlas, precisa César Guerra
Martes 17 de octubre de 2017, p. 19
Bruselas.
En la modernización del acuerdo comercial con la Unión Europea (UE), México busca acceder al mercado agroalimentario del viejo continente y reducir los aranceles para plátano, azúcar, carne de res, jugo de naranja, espárragos y miel, entre otros productos, dijo César Guerra, ministro consejero de la misión mexicana ante la UE.
Por su lado, los europeos están interesados en bajar los gravámenes para sus productos lácteos y el chocolate, agregó el funcionario, quien recordó que hay 19 mesas de negociación, algunas de las cuales están por concluir sus actividades, pero otras aún requieren mucho trabajo, como servicios y reglas de origen. No obstante, confió en que la modernización del acuerdo concluirá a finales de 2017.
En un diálogo con representantes de medios de comunicación mexicanos, Guerra explicó que, debido a la sensibilidad que implica negociar lácteos, plátano y otros productos del campo, el acceso al mercado agroalimentario se definirá al final de las conversaciones.
Entrevistado en la embajada de México en Bruselas, Guerra recordó que en las negociaciones para establecer el primer acuerdo comercial con la UE quedaron fuera muchos productos agrícolas, por lo cual no tiene concesiones arancelarias o las tiene muy limitadas. Por ejemplo en el caso del plátano se exportan al viejo continente 70 mil toneladas al año, pero las ventajas arancelarias sólo se aplican a 2 mil. Para los espárragos la cuota es de 500 toneladas y el objetivo es quitar esa restricción para poder competir con los peruanos, que tienen mayores prerrogativas en cuanto a impuestos se refiere.
El ministro consejero explicó que la posición mexicana en la modernización del acuerdo es la de liberalizar el comercio, aunque hay productos muy sensibles que se van a cuidar. La UE va a ser cauta en el mercado del plátano, el azúcar y la carne de res, y México en el de los lácteos, en el cual actualmente se dan concesiones arancelarias a través de cuotas. Pero es algo que se está discutiendo, enfatizó.
–Más allá del efecto Donald Trump, ¿piensa que los empresarios mexicanos realmente están interesados en acudir al mercado europeo?, porque en el pasado han preferido el estadunidense –se le planteó.
–Esa es una decisión de los productores. Al gobierno le toca crear las oportunidades y a los empresarios aprovecharlas. Si preguntan a los productores de plátano de Tabasco y Chiapas, van a decir que están deseosos de incrementar las oportunidades que debemos tener en la UE. En el caso de la carne de res, podemos abrir un cupo, pero si el precio está mejor en California, en Japón o Corea, ellos decidirán. Los productores de jugo de naranja mexicanos tienen mucho interés, porque están vendiendo mucho jugo tanto en Europa como en Estados Unidos.
Recordó que desde antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca, México ya había tomado la decisión de modernizar su acuerdo comercial con la Unión Europea. Con el efecto Trump esto se vuelve más importante, destacó el funcionario de la Secretaría de Economía, quien consideró que deben crearse condiciones de acceso a otros mercados, para que cuando deje de ser interesante Estados Unidos, haya opciones.
Manifestó que el crecimiento del comercio con la UE es constante desde que entró en vigor el acuerdo en 2000. Por ejemplo, con Bélgica, el intercambio de enero a julio de este año fue de 1.8 mil millones de dólares. El año pasado fue de 1.4 mil millones de dólares, lo que implica que hubo un incremento de entre 20 y 30 por ciento.
Por último Guerra señaló que México no sólo exporta a esta zona del mundo materias primas, sino también productos minerales, vehículos y aparatos electrónicos.