Un clásico, una rivalidad con calado histórico e irrepetible, sólo el que protagonizan América y Chivas. De eso no tiene asomo de duda Miguel Herrera, entrenador de las Águilas, quien admite el valor que pueda tener ese enfrentamiento con otros equipos, pero merecer la categoría de clásico y nacional, sólo éste.

Y en esta edición –de la jornada 10 que fue pospuesta por el sismo del 19 de septiembre– sabe que llega como favorito ante el campeón que está casi eliminado del torneo, sólo necesita vencerlo para confirmar su fracaso en el intento de refrendar el título ganado hace unos meses.

Estamos mejor en la tabla, en diferencia de puntos, esa es la realidad, asienta Herrera; pero eso no se refleja en un clásico. Estos juegos no se ganan con posiciones de tabla ni con puntos.

Las metas de ambos equipos llegan en condiciones de alto contraste. América quiere dar un paso más hacia la liguilla; tiene una posición privilegiada en el segundo lugar de la tabla con 23 puntos, eliminar al Guadalajara, puesto 16 con nueve puntos, sería además agregar prestigio a esta campaña.

Chivas, campeón todavía, casi no tiene posibilidades, pero quiere al menos rescatar los partidos donde se juega el honor del club.

“El Rebaño Sagrado viene a tratar de hacer sentir mejor a los suyos”, afirma Herrera; pero una temporada mala no se salva con un clásico.

Pero el técnico azulcrema aterriza las especulaciones. Recuer- da que Chivas es el mismo equi- po que la temporada pasada ganó el título. No les salieron las cosas para refrendar el cetro, eso siempre es una de las posibilidades en el futbol, pero recuerda que son los mismos jugadores y estratega a los que todo les salió bien en la campaña anterior.

Es un clásico, un partido diferente a los del torneo, explica; claro que te puede ganar el equipo que fue campeón hace unos meses. Sólo no tuvieron un buen torneo.

América –concede Herrera– jugará con ese beneficio que da estar en una situación más aliviada. Mejor posición en la tabla, buena diferencia de puntos y boleto a la mano para la liguilla.

Intentaremos ganar, por supuesto, comenta; pero si además podemos eliminarlos, qué mejor dejar menos equipos fuertes en la liguilla.

Herrera regresa al sentido práctico del juego. No minimiza el valor agregado de vencer al rival en el clásico nacional, pero para el estratega americanista lo que está en juego son puntos, antes que nada, y eso representa afianzarse en la liguilla.

Hemos aprendido a jugar clásicos no con posiciones en la tabla, aclara; nosotros tenemos que poner más que el rival, dar una gran alegría a nuestra afición y quedar a nada de la clasificación.

Hacia arriba tienen a Monterrey como líder a cuatro puntos de distancia. Herrera está convencido de que su equipo tiene el mismo nivel. Lo reconoce en su solidez, pero como un equipo que no está lejos del suyo.

Los clubes del norte vienen fuertes, pero América es un aspirante natural al título, afirma.