El especialista en prevención y combate a la corrupción, Francisco de la Portilla, señaló que la quinta parte de lo que producimos se diluye, filtra y trasmina en corrupción.

Durante el seminario internacional poder, corrupción e impunidad, organizado por la Red por la Rendición de Cuentas, recordó que el Banco Mundial ha estimado que la corrupción le cuesta a México 9 por ciento del PIB cada año, mientras que el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado eleva esa estimación a 20 por ciento.

Al impartir un taller, el vicepresidente de la Asociación de Prevención de Lavado de Dinero y Delitos Económicos recordó que el Índice Global de Impunidad 2015 –ranking de 59 países que conforman a la Organización de las Naciones Unidas– ubicó como el segundo peor país en índice de impunidad.

Indicó que 44 por ciento de las empresas que operan en México han reconocido haber realizado algún pago extraoficial a servidores públicos, y que seis de cada diez consideran que esas erogaciones tienen un impacto significativo en sus proyecciones de inversión en el país.

En promedio, las empresas destinan 5 por ciento de sus ingresos anuales al pago de sobornos, mientras que 67 por ciento de éstas reconocen que la corrupción tiene un efecto negativo en su competitividad.

De la Portilla aseguró que las redes de corrupción entre empresas y funcionarios públicos deben ser investigadas, perseguidas y desmanteladas. Es necesario reforzar la ética pública para abatir los altos niveles de corrupción, resaltó.