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Luis Hernández Navarro encabeza charla por un siglo del suceso

Hablan en la FIL sobre la Revolución Rusa como hito educativo del siglo XX
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de octubre de 2017, p. 6

La Revolución Rusa partió al mundo en dos y creó en los sectores subalternos, en las grandes masas populares, un imaginario en el que es factible construir un mundo diferente al del gran capital, al de los políticos tradicionales, de los Césares y los jerarcas religiosos.

Así lo afirmó el escritor Luis Hernández Navarro, Coordinador de Opinión de La Jornada, en la charla A 100 años de la Revolución Rusa, efectuada el viernes dentro de la 17 Feria Internacional del Libro (FIL) en el Zócalo.

Acompañado por Óscar de Pablo y Lorena Paz Paredes, quienes en sus intervenciones abordaron de forma respectiva el papel de la mujer y de los campesinos en la Revolución Rusa, Hernández Navarro explicó que en el contexto de esa gesta se suscitó una de las más apasionante cruzadas educativas que ha habido en la historia de la humanidad.

Fue, agregó, una cruzada educativa sui generis que tuvo momentos muy curiosos, como el vivido el 16 de enero de 1918, después de que los bolcheviques tomaron el poder, cuando en Moscú se decidió juzgar a Dios y, encontrado culpable de crímenes de lesa humanidad, se le sentenció a ser fusilado.

El periodista recordó que diferentes autores han explicado que el siglo XX comenzó y terminó con ese hecho histórico: No comienza en 1900 ni termina en 2000. Empieza y finaliza con esta irrupción violenta de las masas rusas.

Los bolcheviques trataron de educar al pueblo soviético de que había llegado el fin de la influencia de la Iglesia ortodoxa, aliada a los zares y la aristocracia, destacó.

Dicha iniciativa educativa enfrentó grandes retos, como que 80 por ciento de la población rusa era analfabeta y muchos pertenecían a pueblos de origen asiático, que ni siquiera alfabeto gráfico tenían.

Hernández Navarro refirió que el proceso educativo en la Unión Soviética se dio en 11 años –1917 a 1928–, en medio de escasez y en plena guerra civil e intervención extranjera. No obstante, se construyeron 8 mil 870 escuelas primarias y secundarias, así como centros de educación superior.

Desde el Ejército Soviético fundado por Trotsky se impulsó la alfabetización. No se podía pensar en una empresa militar al margen de una educativa. Si en 1926 sólo 40 por ciento de la población tenía acceso a educación básica, cuatro años después esa cobertura había subido 67 por ciento, finalizó.

Entre 1920 y 1940 se alfabetizaron 60 millones de adultos. México tiene 6 millones de analfabetos adultos. La Unión Soviética combatió, por medio de la revolución y de la movilización educativa alrededor, ese analfabetismo.

Al final de la charla, la Brigada para Leer en Libertad obsequió el libro La otra revolución rusa: populismo y marxismo en las revueltas campesinas de los siglos XIX y XX, de Lorena Paz Paredes.