El disco Expectativas es, para Enrique Bunbury (Zaragoza, 1967), una producción casi oscura y con poco lugar para la esperanza, que encuentra cobijo en el amor y el arte.

En su disco más reciente, el roquero español alude de manera crítica a temas sociales y a un ecosistema atroz; son 11 canciones que reflejan el mundo que nos tocó vivir.

Para el intérprete, el álbum que presentó ayer es más carnívoro, feroz y diagnosticador; la banda sonora es una distopía que ha mutado en realidad, que se conjunta en presente y a primera vista, carece de fecha de caducidad.

“Siempre he que querido cuidar las palabras en todo lo que he hecho, desde mis primeros discos con Héroes del Silencio hasta Expectativas. He escrito canciones de todo tipo; creo que la poesía es libre en la temática y no existe uno que sea más importante que otro, sino que lo determina la forma cómo lo enfrentas. El rocanrol, desde Bob Dylan, dejó claro que no sólo es cuestión de mover las caderas, sino también las neuronas.”

Sobre lo que espera de su reciente producción, manifestó que éstas ya han sido satisfechas, porque tengo necesidades de expresión, de compartir con el público, de llegar al máximo en el trabajo de composición y producción, y todo eso ya está hecho desde hace dos meses y medio. Ahora, sobre las expectativas de si les gustará, se me escapa de las manos, aunque quisiera que gustara a todo mundo.

En cuanto al acontecer social y político, el músico resaltó: Me gustaría que el mundo funcionara de otra manera. Debemos buscar la capacidad de maniobrar en esto que llamamos democracia. En algunos países votamos cada cuatro años, ustedes en seis, y se vota para elegir entre tres o cuatro candidatos, a los cuales jamás invitarían a una fiesta de cumpleaños.

No obstante, prosiguió el cantante, esa maniobra tan escasa es nuestra capacidad de cambiar de gobierno, pero diariamente, cada uno de nosotros puede realizar millones de pequeñas acciones que ayuden a modificar el entorno. Confío en esa capacidad individual y en las ganas que muchos tenemos para que las cosas sean diferentes; sobre mis expectativas de lo que depende de nuestros gobernantes son escasas, por no decir nulas.

Sobre la situación en Cataluña, el compositor comentó: Tengo muchos familiares y amigos ahí y en el resto de España; sin duda quisiera que ambas partes se entendieran y encontraran un punto o lugar de convivencia.

Bunbury, cobijado por los gritos de admiración de sus seguidores en Cinema Coyoacán, detalló: “El álbum es un disco con textos sociales, que miran al mundo que nos ha tocado vivir. Cualquier mexicano podrá escuchar frases y versos que sentirán como reflejo de la sociedad y la política de este país, como en las canciones En bandeja de plata tal, La ceremonia de la confusión y Parecemos tontos”.

De 50 canciones, el cantante y su banda eligieron 11 para integrar el álbum, el cual en por lo menos la primera mitad, es especialmente oscuro, con poco lugar para la esperanza, mientras en la segunda parte encuentra refugio o muestra una serie de cobijos en los que me gusta profundizar, como el amor, el arte, la meditación, la contemplación y la desconexión de las noticias.

Enrique Bunbury dijo que existen canciones que quiere retomar para otro disco. Sobre un posible encuentro con Héroes del Silencio hizo una analogía: “Esta mañana estaba pensando en un hombre y mujer que están en el altar a punto de casarse, y llega algún un amigo y le pregunta al novio que para cuándo piensa volver con su ex novia, y éste le responde: ‘no ves que me voy a casar’. En este preciso momento me estoy casando con este disco y con un año de gira”.