IED: novela rosa
Sumas sin restas
Dólar: 19.46 pesos
laco, ojeroso y sin ilusiones –como dice la canción–, pero sin perder la sonrisa en público, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, asegura que si bien la negociación del TLCAN se extenderá a 2018, hemos roto el récord de inversión extranjera directa (IED) y vamos a lograr la atracción de 180 mil millones de dólares en el sexenio, cantidad que superará la meta para la administración de 154 mil millones de dólares
.
De hecho, si se coteja la cifra divulgada por el funcionario con las más recientes de la dependencia a su cargo, al cierre de junio pasado tal monto ya rebasó 156 mil millones de dólares, de tal suerte que la citada meta fue rebasada con casi un año y medio de antelación y es de suponer –si Trump no decide otra cosa– que, en efecto, al cierre sexenal el acumulado rondaría 180 mil millones de billetes verdes, siempre bajo la muy cuestionable aritmética gubernamental.
Esto último, porque Guajardo confunde la gimnasia con la magnesia, y si bien al cierre del primer semestre de 2017 el registro oficial presume un acumulado de 156 mil millones de dólares en IED (diciembre de 2012-junio de 2017), a la hora de desmenuzar esa cantidad queda claro que la nueva inversión extranjera directa –es decir, dinero nuevo, contante y sonante que ingresó al país– a duras penas representa 36.5 por ciento del total, o lo que es lo mismo, casi 37 centavos de cada dólar cacareado.
Así, la nueva inversión foránea acumulada en el transcurso del sexenio peñanietista no supera 156 mil millones de dólares, sino que suma alrededor de 57 mil millones de billetes verdes, diferencia abismal entre lo presumido por el gobierno y la realidad.
La diferencia (casi 100 mil millones de dólares) es atribuible, por una parte, a la reinversión de utilidades (es decir, parte de las ganancias obtenidas en México por las empresas foráneas son utilizadas para ampliar el negocio aquí mismo; no se trata de dinero fresco ni de nuevas inversiones provenientes del exterior); y, por otra, de las cuentas entre compañías (normalmente préstamos de la casa matriz a sus filiales en nuestro país, lo que tampoco es nueva inversión foránea).
Este último par de conceptos da cuerpo a 63 por ciento (63 centavos de cada dólar) del monto total presumido como récord por el secretario de Economía, de tal suerte que, en los hechos, alcanzar 180 mil millones de dólares en nueva inversión extranjera directa al cierre sexenal no sólo suena imposible, sino a mera novela rosa, como tantas otras que al gobierno le encanta protagonizar y divulgar.
Así, de acuerdo con la estadística de la propia Secretaría de Economía, en el periodo de referencia y en números cerrados, México solamente captó 57 mil 195 millones de dólares en nueva inversión extranjera directa (dinero fresco, buena parte de él destinado a comprar empresas existentes con mercados cautivos y garantizados); 61 mil 685 millones de billetes verdes correspondieron a reinversión de utilidades (obtenidas en México, de los bolsillos de los mexicanos), y 36 mil 715 millones por cuentas entre compañías (préstamos entre la matriz y la filial, con los beneficios fiscales que ello implica).
Entonces, no es lo mismo que lo mesmo, y menos la gimnasia y la magnesia, por mucho que el alicaído Ildefonso Guajardo se empeñe en presentar las cifras dentro de un mismo concepto.
Por cierto, el funcionario también afirmó que el espinoso asunto del TLCAN no ha detenido el curso de las proyectos empresariales
en nuestro país. De hecho, dijo, los que apenas estaban, al inicio del año, en la mesa de diseño probablemente están en espera de ver qué pasa, pero se mantienen los que estaban ya en desarrollo, con excepción de uno
(la construcción de una planta Ford en San Luis Potosí).
Habrá que ver, pero en vía de mientras la nueva inversión extranjera directa proveniente de Estados Unidos (los dineros contantes y sonantes) cada vez es menor, porque para el caso estadunidense la reinversión de utilidades es lo que ocupa el primer lugar, mientras la segunda posición corresponde a las cuentas entre compañías. El dinero fresco bajó al tercer escalón, de tres posibles.
En lo que va del sexenio peñanietista el registro oficial (en este caso el de la Secretaría de Economía) reconoce casi 61 mil millones de dólares en IED procedente del vecino del norte. Sin embargo, el dinero fresco, contante y sonante, apenas rebasa 17 mil millones (apenas 28 centavos de cada dólar apuntado como inversión estadunidense en el país).
En cambio, la reinversión de utilidades de las empresas estadunidenses instaladas en México (más de 26 mil millones de billetes verdes) representa cerca de 43 por ciento del total, y las cuentas entre compañías (más de 17 mil millones) 29 por ciento.
Se trata, pues, de que la inversión real, el dinero fresco, proveniente de los socios y amigos del norte significa dólares de 28 centavos. De hecho (nuevamente con base en la información de la Secretaría de Economía), se han registrado casos de terror, como en 2014, cuando la nueva inversión estadunidense sólo sumó poco más de 70 millones de dólares (setenta), mientras la reinversión de utilidades más de 6 mil 800 millones. Las utilidades son tales, que los gringos ya no tienen por qué arriesgar su dinero fresco.
Lo mismo sucede con el otro socio y amigo, Canadá, cuyos empresarios oficialmente han invertido casi 12 mil millones de dólares en el transcurso del sexenio peñanietista. Sin embargo, de ese monto el dinero fresco, las nuevas inversiones, las reales, apenas suman 2 mil 685 millones de billetes verdes, o lo que es lo mismo 22 por ciento del total reconocido, es decir, dólares de casi 23 centavos.
La diferencia se compone de 5 mil 517 millones por reinversión de utilidades (46 por ciento del total, más del doble con respeto al dinero fresco, y no se trata de todas las ganancias obtenidas aquí por las empresas canadienses que operan en nuestro país, las mineras, principalmente) y 3 mil 765 millones por cuentas entre compañías (32 por ciento).
Entonces, ¿récord de IED ya rebasamos la meta sexenal
y los proyectos empresariales siguen su curso
?
Las rebanadas del pastel
Los billetes de Benito (Juárez) y George (Washington) no terminan de rencontrarse y abrazarse de nuevo, pero ya están a tiro: ayer, el dólar se vendió a 19.46 pesillos (Bancomer). Todo sea por la volatilidad pasajera
(los “ministros del –d- año” dixit). Y el barril mexicano de exportación, a 49.31 dólares.
Twitter: @cafevega