San Cristóbal de Las Casas, Chis.

Mujeres de 19 municipios crearon el Movimiento de Parteras de Chiapas Flor de Maíz, con el propósito de contribuir a la defensa de la partería tradicional como un derecho humano a la salud y cultural, tanto para mujeres indígenas, rurales y urbanas, así como construir estrategias que enlacen y organicen la tradición y la medicina sin rivalidades, en beneficio de la salud.

Las 124 mujeres se organizaron para ejercer su derechos, al tiempo que demandaron reconocimiento y respeto a las parteras sin importar si son certificadas o no.

En un pronunciamiento, señalaron que las políticas institucionales no claras han estado cambiado el papel de quienes tradicionalmente atendían a las mujeres en sus partos.

Relataron que de pronto se les empezó a prohibir la atención, a restringir las cédulas de nacimiento y sólo se les solicitaba para hacer referencias y acompañamiento a las embarazadas, violando así los derechos básicos con los que ellas contaban, como son los culturales y a la salud.

El grupo manifestó que la continua falta de reconocimiento de su labor en pro de la salud de las comunidades, mujeres niños, y niñas, así como la violación a sus derechos ha hecho que nos organizáramos.

Dijeron que en su asamblea constitutiva acordaron promover el derecho a atender partos; defender los derechos de las mujeres, su salud sexual y reproductiva (decidir sobre su cuerpo y salud), trabajar porque las mujeres puedan decidir con quién y dónde quieren atenderse y parir, así como salvaguardar el reconocimiento de nuestros saberes.

Pidieron a las autoridades de salud que les otorguen credencial oficiales, en caso de que lo requieran, así como iniciar un diálogo con el sector y actores del ramo en la entidad de manera directa, además de exigir que el sector salud no nos divida, ni impida atender a las mujeres y que no decida a quiénes sí atendemos y a quienes no.

También demandaron facilidad para que se otorguen los certificados de nacimiento, firmados como parteras; mejora de los servicios de salud en los hospitales y servicios de primer nivel como casas o centros de salud, incluidos los fines de semana, y que el sector tenga personal capacitado en emergencias obstétricas y sensible a la cultura de cada pueblo con trato digno.