El problema mundial de las drogas no se podrá derrotar si seguimos intercambiando culpas en lugar de trabajar juntos, señaló ayer el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Luis Videgaray Caso, al reiterar la propuesta de crear una estrategia de corresponsabilidad para enfrentar ese desafío.

Un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que los opiáceos que se consumen en su país provienen del sur y por eso debe construirse el muro en la frontera con México, el canciller dijo que un enfoque de culpabilidad mutua, en el que un país reclama al otro ser el origen de las drogas y éste señala al anterior de ser causante de la demanda y la razón de la violencia, no va a solucionar los problemas.

Lamentablemente ayer volvimos a escuchar una expresión de esta naturaleza, puntualizó Videgaray al rechazar esa perspectiva. México propone a Estados Unidos, una vez más, una estrategia de corresponsabilidad, entendiendo que se enfrenta a organizaciones trasnacionales, que es un solo mercado y que se debe encarar de manera sistemática la oferta y la demanda, los canales de distribución allá y acá, el financiamiento y la proveeduría, añadió.

Al participar en la celebración del 72 aniversario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y 70 de presencia en México, Videgaray insistió en que se trata de un problema que no vamos a derrotar si seguimos repartiendo culpas.

En presencia de los presidentes del Senado, Ernesto Cordero, y de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, así como del coordinador residente de la ONU en México, Antonio Molpeceres, el titular de la SRE defendió el multilateralismo, particularmente a las Naciones Unidas, porque es el verdadero camino para la preservación de la paz y la construcción del desarrollo.

Para el titular de la SRE, el problema actual no es el fin de la historia que proclamaba Fukuyama, sino el olvido de ésta; olvidar que después de las dos guerras mundiales surgieron instituciones multilaterales que han permitido de manera compleja, difícil y no siempre eficaz, resolver los conflictos de manera pacífica y evitar conflagraciones de otro orden.

Luego de puntualizar que México cree en la ONU, Videgaray reconoció que Naciones Unidas no es un sistema perfecto. Sin embargo, la solución no puede ser su abandono ni su descrédito.

En la sede de la cancillería, criticó los nacionalismos exacerbados y profundamente irracionales, que se traducen en resultados electorales y en gobiernos, que abiertamente cuestionan la arquitectura multilateral.

Agradeció el apoyo de la ONU para atender a las víctimas de los sismos y en la reconstrucción, tras señalar que ese organismo coordinó la llegada de los rescatistas internacionales al país.