En el caso de Dafne MacPherson, quien fue sentenciada a 16 años de prisión por haber tenido un aborto espontáneo en el baño de una tienda departamental en el estado de Querétaro, no se han tomado en cuenta diversos factores que dan cuenta de la vulnerabilidad de la acusada, y sí en cambio la han criminalizado sin una investigación exhaustiva de los hechos.

Así lo afirmó la abogada Karla Micheel Salas, del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, quien subrayó que la sentencia contra la mujer está determinada por el machismo de buena parte de la sociedad, el cual permea la actuación de los jueces.

De acuerdo con la litigante, desde el momento en que Mac-Pherson fue detenida ya había una intención de las autoridades de criminalizarla, aun sin saber las razones por las cuales había sufrido un aborto fortuito, lo cual hizo que las autoridades encargadas del caso lo recatalogaran con mucha facilidad como un supuesto homicidio calificado.

La fiscalía nunca investigó si Dafne realmente podía ignorar o no que estaba embarazada. Nunca consultó a un médico especialista, porque el Ministerio Público prefirió basarse en el estereotipo de género del instinto materno, que implica comparar a las mujeres con los animales que protegen a su cría ante cualquier amenaza, indicó Salas. Las autoridades asumieron que MacPherson tuvo que haber rescatado a su hijo recién nacido y correr al hospital más cercano, sin considerar que en ese momento había sufrido un desgarre de tercer grado y una hemorragia que le causó un choque hipovolémico.

El resultado de todo ello fue que “la tienda (Liverpool) terminó con 30 mil pesos de multa por no dejar pasar a la Cruz Roja, pero ella terminó con una sentencia de 16 años de cárcel. Es una cadena de injusticias, porque el juez y el Ministerio Público –que son muy religiosos, según su página de Facebook– dejaron que interfirieran sus prejuicios y creencias al tomar una decisión, y por ello faltaron a su obligación de impartir justicia de manera objetiva”.