e enciman entre sí conflictos políticos. Por un lado, el caso Odebrecht, que ha dado lugar a los juicios a empresas con este nombre y a su dueño, en varios países, y que aquí sigue siendo impune, ha generado más diferencias en México. Como aquí se seguía protegiendo a este brasileño, se destituyó, para tener un supuesto culpable, al Fiscal Especializado para la Atención de Delitos Electorales (Fepade).
Por otro lado, los partidos Morena y PRD exigieron agilizar las investigaciones sobre Odebrecht y sus actividades aquí que involucraron a funcionarios mexicanos, mencionados incluso en juicios de otros países. Se habló del periodo inicial del actual gobierno.
Al mismo tiempo, se dejó ver al secretario de Hacienda, José Antonio Meade, como importante e incluso como posible candidato presidencial del PRI, sin decirlo expresamente. Estuvo en actos con empresarios y criticó, sin mencionarlo claramente, al candidato de Morena. Ese secretario tuvo el apoyo del ex líder empresarial Claudio X. González.
En su discurso en la Cumbre de Negocios, el martes 24 de octubre, Meade señaló como su enemigo, sin mencionarlo por su nombre, a Andrés Manuel López Obrador. Se refería de hecho a las elecciones de 2018: Daríamos un paso atrás si hubiera la elección de un populista en nuestro país. Yo creo que le vamos a ganar, pero no va a ser fácil, porque ese señor tiene lo suyo y ha estado trabajando por 18 años.
Sin embargo, ni siquiera el PRI está unido en torno a Meade. En el mismo ejemplar de este periódico del miércoles 25, que informa lo anterior, se publica una entrevista, que ocupa casi toda una página, la 15, con Ivonne Ortega; que por lo menos algunos recordaremos que hace años fue gobernadora de Yucatán, quien llegó también por el PRI, y sigue siendo activa en él.
Dice que si un candidato a la Presidencia que no fuera del PRI (califica como tal al secretario de Hacienda), eso alejaría a muchos priístas. Cita a algunos candidatos del PRI a gobernadores.
Ahí está Quintana Roo, en que Carlos Joaquín se fue al PAN-PRD. Por tanto, le dimos un gobernador al PRI-PRD. Y lo mismo ocurrió en otros estados
.
Desde enero pasado, la citada Ortega dejó su puesto de diputada, para buscar la postulación presidencial. Son 10 meses de campaña, después de años en posiciones del PRI.
Se incluye en la entrevista su opinión sobre la posible candidatura del PRI, del secretario de Hacienda. Dice que ya son litros de tinta
para promoverlo como candidato presidencial, sin ser del PRI.
Ortega explica al reciente reglamento del PRI, donde el Consejo Político avaló que un candidato simpatizante no tiene la obligación de afiliarse a ese partido.
Dice también que si el citado secretario renuncia a su puesto para ser candidato, estaría dejando las obligaciones relacionadas con los daños de terremoto.
Como vemos, se dan aspectos contradictorios entre sí, esto último y lo relacionado con Odebrecht.Ya nada más falta que de repente salga otro elemento, aún secreto, para complicar más el cuadro.