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Revolución Rusa
L

a Revolución Rusa de febrero 1917 fue una revolución de todas las clases y de las naciones oprimidas por la autocracia zarista. Fue democrática y libertaria en todos los campos y hasta las orquestas abolieron sus directores. Fue una ola de fondo que hizo que los bolcheviques, que habían sido la parte mayor y más activa de la actividad revolucionaria clandestina, se sorprendieran al quedar en minoría en los soviets porque la revolución puso en marcha incluso a las capas menos politizadas y menos activas de la población, removiendo a toda la sociedad.

Pero la evolución fue rápida y masiva pues los obreros desconfiaban de una burguesía reaccionaria y que había servido al zar y establecieron un doble poder confiando en que los soviets dirigidos por los socialistas reformistas y defensitas vigilasen y controlasen al gobierno provisorio burgués. Pero ya en abril –ante la continuación de la guerra– empezaron a exigir con enormes manifestaciones que los soviets se hiciesen cargo del poder. En junio-julio los bolcheviques obtuvieron la mayoría en los sindicatos, los comités de fábrica, los soviets, la guarnición de Petrogrado y hasta en las municipalidades de los barrios obreros.

Lenin llegó en abril del exilio e hizo suya la consigna de Trotsky de todo el poder a los soviets de obreros y soldados (hasta entonces, los bolcheviques de la capital seguían a regañadientes las consignas de apoyo condicionado al gobierno de su diario Pravda, dirigido entonces por Kamenev y Stalin, recién liberados de su exilio siberiano). Precisaron así, exigiendo un poder de los trabajadores, su consigna de ¡Paz inmediata sin anexiones! y, con gran realismo, modificaron su propuesta sobre la tierra, exigiendo la expropiación de los terratenientes y la entrega de la tierra a los campesinos. A este respecto, vaya esta anécdota: Le hicieron notar a Lenin que esa era una consigna de los socialistas revolucionarios y que hasta el día anterior proponía otra cosa y éste respondió ayer era más tonto que hoy. Nadie más tenía tanta capacidad de aprender.

Por su parte, en las naciones asiáticas oprimidas por el zar ruso (en las que no existía una diferenciación de clases y en la misma Ucrania campesina con apenas un rudimento de burguesía comercial), nadie comprendía la concepción menchevique de que, dado que la revolución era democrático-burguesa, la burguesía debía participar en el poder. En cambio, la línea de los bolcheviques era muy clara. Por eso éstos ganaron apoyo entre los tártaros y otras nacionalidades musulmanas o no cristianas ortodoxas, que odiaban la represión gran rusa y la imposición de la Iglesia ortodoxa prozarista.

Las diversas revoluciones campesinas y nacionales se unieron así a la revolución obrera y, bajo la bandera de un gobierno socialista de los trabajadores, los campesinos y las nacionalidades oprimidas se lanzaron a conquistar sus objetivos democráticos de independencia, restitución de las tierras a los trabajadores y paz inmediata sin anexiones.

Entre junio y julio los bolcheviques lograron la mayoría en los soviets obreros y de soldados-campesinos de toda Rusia en todos los centros principales del país exigiendo ¡Pan, paz y tierra, consignas que se oponían a la política del gobierno de continuar la guerra y postergar la reforma agraria hasta el fin de aquélla. En la Revolución de Octubre por eso no se disparó un solo tiro. La toma del palacio de Invierno fue un golpe de Estado. Los bolcheviques simplemente ocuparon un vacío ya que el gobierno no gobernaba nada y el Congreso de los soviets, por amplísima mayoría, se hizo cargo del poder.

El partido bolchevique, fortalecido y renovado por el ingreso de la organización de Trotsky y sus compañeros y por la de miles de obreros, era un partido con intensa vida interior en la que se formaban mayorías y minorías y muchas veces Lenin formaba parte de estas últimas. En la dirección de los soviets estaba aliado con los mencheviques internacionalistas y con los socialistas revolucionarios de izquierda, los cuales se negaron a entrar en el Consejo de Comisarios del Pueblo (ministros). Sólo la guerra civil iniciada por la derecha contrarrevolucionaria y apoyada por las tropas de 14 países que invadieron Rusia obligó al partido a suprimir momentáneamente la existencia de tendencias. El monolitismo y el marxismo-leninismo son invenciones stalinistas posteriores a la muerte de Lenin.

La Revolución de Octubre dirigida por los bolcheviques, con Lenin y Trotsky a la cabeza, sacó a Rusia de su régimen medieval y del despotismo asiático, la desarrolló y democratizó. Eso impidió que Rusia se convirtiese en una semicolonia franco-inglesa, cambió al mundo e hizo posible que, pese a los daños terribles para la sociedad y sus fuerzas armadas resultantes de la degeneración stalinista, la Unión Soviética aplastase al nazismo y evitase al mundo un régimen de esclavitud.

El proletariado ruso, sobre todo en Petersburgo y particularmente en el sector metalúrgico, estaba compuesto por obreros calificados, capaces de iniciativa y voraces lectores. La guerra civil lo dispersó en todos los frentes de lucha y los claros que en las fábricas dejó su ausencia fueron llenados por mujeres, mucho menos instruidas, y por campesinos.

Éstos eran analfabetas en su gran mayoría y el país, como otros países asiáticos, jamás había tenido una experiencia democrática ni conocido la libertad. Las raíces de la burocratización, que Lenin y Trotsky intentaron combatir en el último periodo de vida del primero, tienen en ese atraso y en la escasez resultante de la guerra civil, sus factores más potentes. Ellos llevaron a la degeneración posterior del partido y al triunfo de Stalin, el más brillante de los mediocres. La guerra mundial y la guerra civil, que acostumbraron a millones de personas a ver horrores y a acatar mandos y la necesidad de improvisar administradores y técnicos a partir de gente con formación muy elemental, hicieron el resto.