París.

Dos integrantes del grupo Femen irrumpieron este lunes por la noche en la Cinemateca Francesa y se manifestaron con otras decenas de personas contra la retrospectiva dedicada al director franco-polaco Roman Polanski, acusado de agresiones sexuales por varias mujeres.

No hay honor para los violadores, gritaron las dos activistas al paso de Polanski, de 84 años, quien había acudido a presentar su película más reciente, D’après une histoire vraie (Basado en hechos reales), al inicio de la retrospectiva dedicada a su obra.

Las dos mujeres, que mostraron sus pechos desnudos y llevaban la inscripción Very Important Pedocriminal (Pederasta muy importante) en la espalda, fueron expulsadas rápidamente de la Cinemateca, pero siguieron manifestándose a las afueras del edificio.

¡Apreciar a un artista no significa callar ante sus crímenes!, afirmó Sanaa Beka, quien fue a protestar en respuesta al llamamiento de asociaciones feministas.

En febrero pasado, el cineasta tuvo que renunciar a presidir los premios César del cine francés por la presión de asociaciones de ese tipo.

Para nosotros lo importante es cancelar la retrospectiva, obtener disculpas de la Cinemateca y suscitar una toma de consciencia, sostuvo Raphaëlle Rémy-Leleu, portavoz del grupo Osez le Féminisme, horas antes del comienzo de las protestas.

En 1977 Roman Polanski admitió haber tenido relaciones sexuales ilegales con Samantha Geimer, quien en aquel entonces tenía 13 años, en la vivienda de Jack Nicholson en Los Ángeles mientras el actor estaba de viaje.

A cambio de esta confesión, un juez aceptó no retener otros cargos más graves contra él. Pero, convencido de que este último daría marcha atrás en su promesa y acabaría condenándolo a varias décadas de prisión, el cineasta huyó a Francia.

La Cinemateca francesa, presidida por el cineasta Costa-Gavras, se negó a cancelar el ciclo.

Fiel a sus valores y a su tradición, no busca sustituir a la justicia, declaró la institución.

La retrospectiva está prevista desde hace mucho tiempo, señaló el viernes la ministra de Cultura de Francia, Françoise Nyssen. Se trata de una obra, no de un hombre, no voy a condenar una obra, precisó.