Sin prueba alguna, Washington nos acusa de injerencia en sus elecciones
, señala
Al Kremlin no le interesa un bloque europeo débil ni fracturado, asegura ante empresarios
Miércoles 1º de noviembre de 2017, p. 27
Moscú.
El canciller de Rusia, Serguei Lavrov, afirmó este martes que “con el pretexto de combatir el peligro ruso, Washington pretende reanimar la ‘solidaridad transatlántica’, así como obligar a los europeos a incrementar su gasto militar y, al mismo tiempo, reforzar sus posiciones económicas y energéticas en Europa”.
Estados Unidos trata de desplazar los proyectos conjuntos de Rusia y la Unión Europea (UE) en materia de energía y de cerrar las puertas a Rusia en el mercado de armamento, como demuestra la más reciente porción de sanciones anunciada
, añadió.
Sin ninguna prueba, nos acusan de injerencia en las elecciones de Estados Unidos y de algunos países europeos, hasta acaban de decir que tratamos de influir en la designación de un ministro en Sudáfrica, pues su imaginación no tiene límites.
El jefe de la diplomacia rusa, que no hizo ninguna referencia directa a las imputaciones del fiscal especial de Estados Unidos, Robert Mueller, arremetió contra Washington y sus aliados europeos al destacar que hay fuerzas interesadas en bloquear el desarrollo de la relación de Rusia con la Unión Europea.
Al hablar aquí ante empresarios integrantes de la Asociación de Negocios Europeos en Rusia, Lavrov señaló: 0vemos una línea destructiva de un grupo de estados europeos no muy numeroso, pero bastante agresivo y hostil hacia Rusia. Esos países tratan de jugar dentro de la UE la carta antirrusa para alcanzar sus egoístas metas geopolíticas
.
Para contrarrestar el imaginario peligro desde Moscú, prosiguió el ministro de Relaciones Exteriores, crean distintas estructuras orientadas contra Rusia.
Nos preocupa que ese pequeño grupo quiera dañar el diálogo en materia de energía entre Rusia y la UE. Nos acusan de hacer a la UE dependiente de nuestros combustibles, cuando el gas ruso no supera un tercio del mercado europeo, más o menos la misma cantidad que aporta Noruega, y tratan de desacreditar proyectos conjuntos como el gasoducto Flujo del Norte-2, en cuya construcción podrían participar cerca de 200 compañías de 17 países europeos.
Según Lavrov, Rusia no está interesada en una Unión Europea débil ni intenta provocar su fractura.
“No es cierto, siempre hemos dicho que queremos una UE –nuestro vecino y socio económico y comercial clave– fuerte, unida e independiente en el ámbito internacional, capaz de determinar por sí misma sus prioridades, con base en el equilibrio sólido de los intereses nacionales de todos sus miembros, y no sólo a partir de la posición de una minoría agresiva en cuanto a la política en relación con Rusia”, concluyó Lavrov.