El documental La luz y la fuerza, de la cineasta Alejandra Islas, presenta la lucha de largo aliento que los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) emprendieron después del decreto presidencial que extinguió a esa empresa pública.

La película, explicó Islas, describe la lucha de los miles de electricistas que desde 2009 han luchado por recuperar su trabajo y mantener vivo su legendario sindicato. En una batalla sin tregua, los trabajadores crearon un movimiento de resistencia que desembocó en un insólito desenlace.

Otro aspecto relevante, enfatizó la creadora, fue mostrar que los electricistas no fueron derrotados porque casi todos los movimientos en el país desaparecen, se desgastan o son coptados por el Estado. En este caso llegaron a un desenlace muy digno, además de que se reinventaron y siguen en la batalla.

Islas y su equipo empezaron en 2012 la filmación que exhibe la manera en que los trabajadores de esa empresa realizaron un movimiento de resistencia en el cual, además de sobrevivir también lograron mantener su organización.

La luz y la fuerza, de 78 minutos de duración, puntualizó, es la crónica de una resistencia obrera a lo largo de ocho años, en cuales di voz a muchas personas y en conjunto el movimiento, relatando algunos de los episodios más relevantes.

Sin tratar de mostrar victimismos, la realizadora refirió que se abocó en mostrar la capacidad de resistencia sobre qué hacen las personas que tienen estabilidad laboral y de pronto esa condición se rompe y cambia la vida. Para ellos había dos caminos: quedarse a pelear para recuperar su trabajo o liquidarse y olvidar su pertenencia a esa empresa y a un legendario sindicato como el SME.

Sin duda, el trabajo es una memoria de ese movimiento y se dan a conocer aspectos que no se ven tan reflejados en los medios; también quise dar la voz a quienes no la tienen y, sobre todo, humanizar un movimiento que tuvo un elemento muy fuerte de valor y resistencia, pero a la vez fue señalado como perjudicial para la sociedad mexicana.

Debido a la innumerable cantidad de material que se produjo durante estos años y “a la amplitud de la historia, el equipo realizó, de manera paralela, una de las primeras plataformas transmedias hechas en México en donde se presentan cortos documentales, textos, fotografías y piezas interactivas que expanden la narrativa de los smeítas”.

El proyecto coral estuvo cofinanciado mediante una convocatoria del Instituto Mexicano de Cinematografía y Foprocine. Islas recurrió, además de los electricistas en resistencia, a investigadores, diseñadores, ilustradores, fotógrafos, editores, programadores, animadoras, traductores, ilustradores e impresores.

Entre la filmografía de la creadora también figuran: El caso Molinet; El círculo eterno: Eisenstein en México; Muxes: auténticas, intrépidas, buscadoras del peligro; Los demonios del edén, y El Albergue. Actualmente desarrolla el documental El diario de Esther.