Luego del motín del viernes pasado en el penal Neza Bordo, en el municipio de Nezahualcóyotl, estado de México, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) del estado de México determinó reubicar ayer a 30 reos conflictivos en otros penales de la entidad.

Esta medida, informó la dependencia, se tomó con base en perfiles criminológicos y situación legal de cada uno de los trasladados.

La semana antepasada familiares de internos acusaron a las autoridades de permitir la extorsión entre internos y de solapar al cabecilla de la banda.

La revuelta del viernes en el Centro Penitenciario de Reinserción Social de Nezahualcóyotl se debió a que un grupo de internos se opuso a las inspecciones para localizar objetos prohibidos y otros controles de seguridad. Presos del módulo de conductas especiales, conocido como la fortaleza, retuvieron al director de esa prisión.

Hace una semana nueve internos cómplices de Luis Alberto González Nieto, alias El Tatos, reo que torturaba a otros reclusos para extorsionar a sus familiares, fueron trasladados a otros penales. El cabecilla fue reubicado en el Centro Federal de Readaptación Social número 14 de Gómez Palacio, Durango.

Luis Arias González, director del sistema penitenciario mexiquense, reiteró que estos movimientos se hacen para lograr estabilidad en los penales y se basan en el respeto estricto a las garantías individuales, por lo cual se mantiene contacto con la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de México.

Mantienen vigilancia

Los internos fueron reubicados en los penales de Barrientos, municipio de Tlalnepantla; Santiaguito, en Almoloya de Juárez; en la penitenciaria modelo de Nezahualcóyotl; en el penal de Chalco y en el de Chiconautla, en Ecatepec.

En tanto, familiares de reclusos del penal Neza Bordo exigieron a las autoridades penitenciarias del estado poner fin a las extorsiones y los maltratos. A su vez, decenas de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana mantienen la vigilancia dentro y fuera del centro.

Este domingo los reos pudieron recibir la visita de sus familiares, quienes demandaron poner fin a la corrupción que impera en ese lugar, donde además persiste la sobrepoblación.

Este penal es una porquería, hay mucha corrupción de abajo hacia arriba. Esta situación no se acabará porque sí; hay muchos intereses de por medio, desde los custodios, sus jefes y el director, acusó la madre de uno de los presos, quien pidió no ser identificada.

Los parientes contaron que deben desembolsar dinero cada vez que acuden al reclusorio, que se ubica en la prolongación de la avenida Adolfo López Mateos, casi esquina con la avenida Bordo de Xochiaca.

Cada domingo de visita, desde que entramos le pagamos a los custodios por todo, incluso por pasar alimentos o porque nos permitan sentarnos en un lugar dentro, comentó una visitante.