Oaxaca, Oax.

El titular de la Defensoría de los Derechos Humanos de los Pueblos de Oaxaca, Arturo Peimbert Calvo condenó enérgicamente el asesinato del ombudsman de Baja California Sur, Silvestre de la Toba Camacho, y el secuestro de un visitador del organismo defensor de esas garantías en Jalisco, este viernes.

En un comunicado, Peimbert Calvo condenó principalmente la falta de atención de las autoridades estatales y federales ante las constantes amenazas, tanto a De la Toba como del asistente de la cuarta visitaduría de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, cuyo nombre omitió.

Porque nadie les dio protección, el compañero defensor Silvestre de la Toba y su hijo Fernando están muertos. Y la esposa de Silvestre, la madre de Fernando, Silvia Lucero, y la hija de Silvestre, la hermana de Fernando, Silvia María, están hoy ambas heridas y de luto por el esposo, el hijo, el padre, el hermano, asesinados, señaló.

Demandó el esclarecimiento de los homicidios del ombudsman de Baja California Sur y su hijo, así como presentación con vida del asistente jalisciense, quien fue privado de su libertad este viernes cuando se dirigía hacia sus oficinas.

Ahora, con estas muertes, y con la desaparición de nuestro compañero defensor, forzada por no sabemos qué poder siniestro, hacemos nuestro trabajo en el horror. Nuestra palabra ha entrado en el horror, surge desde el horror, y, sin embargo, reclama dignidad, justicia; reclama que los compañeros defensores puedan mantener su integridad en el desempeño de sus tareas, señaló.

Apuntó que estos actos, a los que calificó de cobardes, no deben ser olvidados ya que laceran no sólo a los que padecen esta violencia y sus familias, sino que dañan a la sociedad en general ya que la labor de los defensores es velar por la defensa de los derechos humanos de todos.

El defensor oaxaqueño se refirió a la solicitud que hizo Jan Jarab,alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, de que se otorgue proteccion especial a los defensores ya que la labor que realizan es demasiado sensible porque abordan situaciones de peligro, no obstante el Mecanismo Nacional para la Protección de Personas Defensoras y Periodistas se ha negado a proporcionar dicha protección.

Si la impunidad y la inseguridad persisten, tendremos que asumir nuestra tarea como labor dentro de un Estado fallido, lo cual la hará más ardua, pero no por eso la abandonaremos. Entonces, deberemos clamar a la comunidad internacional que intervenga, para que nuestro estado de derecho pueda restablecerse, y nunca más vuelvan a darse crímenes como los que hoy enlutan a la sociedad bajacaliforniana y siembran el terror en la comunidad jalisciense, concluyó.