San Cristóbal de Las Casas, Chis.

El sacerdote Marcelo Pérez Pérez, responsable de la pastoral social de la diócesis de San Cristóbal, informó que 11 personas han fallecido en el municipio de Chalchihuitán en los dos meses recientes a causa del conflicto de límites con Chenalhó, incluido Samuel Luna Girón, asesinado en octubre pasado.

Precisó que la víctima más reciente es Raymundo Pérez Girón, de 18 años de edad, quien se envenenó con herbicida por la tristeza que le causó el desplazamiento de su comunidad, Chenmut. Estuvo hospitalizado unos días y falleció.

No abandonemos a nuestros hermanos en este sufrimiento; expresemos nuestra solidaridad a Chalchihuitan con víveres. La paz es fruto de la solidaridad de cada persona, de cada pueblo, expresó Marcelo Pérez, párroco de Simojovel, quien apoya a Sebastián Pérez, responsable de la parroquia de Chalchihuitán.

El sacerdote dijo también que las autoridades de Chalchihuitán denunciaron ayer que grupos armados de Chenalhó siguen disparando hacia las comunidades de Patkanteal, Pacanam, Lobolaltik, Kotolchij y Balunacó y se teme que pobladores de esas cinco comunidades, habitadas por más de 2 mil personas, también huyan hacia las montañas.

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, junto con otras 20 organizaciones y colectivos, informaron que los desplazados de Chalchihuitán siguen vulnerables y en condiciones precarias.

Expresaron que en los campamentos se vive con miedo, pues por las noches se oyen disparos y los desplazados prefieren estar durante el día en lugares públicos, como el templo o la cancha deportiva, pero cuando oscurece prefieren refugiarse en la montaña.

Afirmaron que el clima frío y el estrés progresivo por la incertidumbre y el hostigamiento han afectado seriamente a personas con enfermedades crónico-degenerativa. María Domínguez Gómez, de 57 años de edad y diabética, murió de neumonía el pasado 13 de diciembre.

Añadieron que diversos informes dan cuenta de casi 5 mil desplazados de comunidades del municipio de Chalchihuitán.

Por otro lado, el fallo del Tribunal Unitario Agrario –publicado apenas el 13 de diciembre pese a que fue dictaminado el 6 de noviembre– pudo haber evitado las 11 muertes de haberse aplicado a tiempo, lo que muestra una actuación negligente y omisa de las autoridades.

Con el fallo en favor de Chenalhó, subrayaron, la población de Chalchihuitán no sólo perderá sus tierras, sino su historia y su relación con sus antepasados, quienes habitaron estas tierras desde tiempos remotos. Además, estos acuerdos dejan sin efecto jurídico el reconocimiento de linderos emitido en agosto de 1976.