Aunque a escala mundial disminuyó la violencia contra periodistas durante el cumplimiento de su labor en 2017, México enfrenta una escalada de homicidios de comunicadores y se colocó en tercer lugar a escala internacional con la muerte de seis profesionales, sólo detrás de Irak y Siria, reveló un informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con el estudio, elaborado desde el primero de enero hasta el día 15 de este mes, 42 comunicadores fueron asesinados en el mundo, cifra menor comparada con los 48 casos registrados en 2016.

El CPJ aún investiga otros 20 decesos documentados en este año, pero no ha logrado confirmar si están vinculados con el ejercicio periodístico.

En el caso de México, 95 periodistas fueron asesinados desde 1992, año en que inició este estudio internacional, de los cuales 42 están relacionados por su trabajo. Es difícil determinar el motivo, debido a la falta de investigaciones serias y el alto nivel de violencia y corrupción. A menudo se sospecha que los funcionarios locales están implicados, apuntó el comité.

La reciente lista incluye a Javier Valdez Cárdenas y Miroslava Breach Velducea, corresponsales de La Jornada; Salvador Adame Pardo, director de Canal 6Tv, y los reporteros independientes Édgar Daniel Esqueda Castro, Cecilio Pineda Birto y Maximino Rodríguez.

La organización aún no determina si los homicidios de los periodistas Cándido Ríos Vázquez, Edwin Rivera Paz y Ricardo Monlui Cabrera fueron por el cumplimiento de su labor.

Irak fue el país más peligroso de este año para este oficio con el registro de ocho muertes. El gobierno anunció el pasado día 9 de este mes, después de tres años, el fin de la guerra contra la organización yihadista Estado Islámico, un conflicto en el que perecieron varios periodistas. Esta nación contabiliza, desde 1992, 186 asesinatos, más que en ningún otro país.

Por primera vez en seis años, Siria no encabezó la lista, allí se contabilizaron siete casos. Desde finales de 2011, cuando los disturbios civiles en contra del gobierno del presidente Bashar Al Assad se transformaron en una guerra, se detectaron 114 muertes.

La razón del reciente declive no está clara y pudiera deberse a una combinación de factores, entre ellos la autocensura, las iniciativas internacionales para concientizar sobre el combate a la impunidad, y el empleo de otros medios, como por ejemplo el encarcelamiento, para silenciar al periodismo crítico, concluyó el reporte.