Amalia Pérez ha ganado todo con una trayectoria deportiva impecable. Esta satisfecha y orgullosa de sus logros en Powerlifting con el que cerró la temporada como campeona mundial en Ciudad de México, sueño que anheló y se le cumplió a sus 44 años para continuar otro ciclo a Tokio 2020, a pesar de la corrupción que hay en las dirigencias que ensucian, deterioran y atrasan el deporte paralímpico y en lo general.

Cinco veces medallista paralímpica con tres títulos, la capitalina aspira a conquistar su sexta presea consciente de que cada vez se le hace difícil enfrentar a rivales de menor edad que la acechan y están ansiosas por vencerla.

Sabe que la culminación de su carrera podría ocurrir en cualquier momento y deberá dar la oportunidad a los jóvenes de Powerlifting que ocuparán algún día su lugar. Está convencida del talento deportivo que se tiene en el país y es cuestión de darles continuidad y el apoyo necesario para que se den los resultados en París 2024.

La especialista en levantamiento de potencia en la categoría de silla de ruedas es la única en el mundo con la corona en tres divisiones distintas (44, 55 y 60 kilogramos) en Juegos Paralímpicos y una cascada de medallas en campeonatos del orbe y parapanamericanos, así como récords mundiales.

Antes de viajar a Tuxtla Gutiérrez en víspera de la Navidad para estar con su mamá Juana Vázquez, la pesista habla con La Jornada con la esperanza de que 2018 pinte mejor para los mexicanos.

–¿Con todos los logros que tienes, consideras que el deporte paralímpico está en el lugar que merece?

–Definitivamente no. Yo entré en esta historia cuando los atletas picaban piedra. No había conciencia. Se luchó y levantamos la voz para ser visibles. El deporte se ha rezagado por vivir de la corrupción. Hay una nula intención para el cambio.

Todo es acomodo de puestos con directivos que ven por sus intereses personales y no para el deportista. A veces por miedo, desconocimiento, ignorancia, las asociaciones no crecen y se hacen cómplices. Lo vemos en mi deporte (con una federación acéfala que se encuentra en investigación). Hay dinosaurios que quieren permanecer y se resisten al cambio.

Con esa fuerza física y mental con la que levanta 130 kilogramos, la voz de Amalia Pérez suena fuerte y pesa. Lamenta la falta de respeto que existe en su gremio que durante décadas pugnó por la igualdad y equidad. Siguen sin entenderlo, señala, pues se tiene la idea de que las personas con discapacidad no son productivas y sólo piden una limosna.

Para 2018, la multimedallista pide tener salud para que, como muchos mexicanos, estén preparados para lo que viene y hacer ese esfuerzo (de ir a votar) para hacer la historia de ese cambio que requiere el país, sin violencia y sin corrupción.