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No se puede separar el arte de la realidad, afirma Dieter Kosslick, director del festival

Retoma la Berlinale su tono político con cintas sobre religión y la derecha en Europa
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de diciembre de 2017, p. 8

Berlín.

Con películas sobre huidas, religión y el ascenso de la derecha en Europa, el Festival Internacional de Cine de Berlín volverá a ser un encuentro político. No se puede separar el arte de la realidad, declaró su director, Dieter Kosslick, en entrevista. Pero habrá también un gran espectáculo con grandes estrellas, precisó.

En entrevista, Kosslick habló sobre el futuro del certamen berlinés, sus planes, la selección de películas para la edición de este año, que tendrá lugar del 15 al 25 de febrero, y sobre la influencia del movimiento #MeToo (#YoTambién).

–En dos meses se desplegará la alfombra roja de la edición número 68 de la Berlinale. ¿Cuántas películas de las que competirán por el Oso de Oro han sido ya seleccionadas?

–Hasta ahora he visto cerca de 150 cintas procedentes de Estados Unidos, Alemania, Polonia, Francia, Italia, Rusia, pero naturalmente también de otros países en Asia y Latinoamérica o África. Sin embargo, la selección no ha concluido. Siguen llegando películas. Esto tiene que ver con la producción digital. En los días pasados hemos recibido 30 o 40 películas que serán seleccionadas para competencia.

Reclamo legítimo, pero debate sin gracia

De manera paralela tuvo lugar la discusión sobre el futuro de la Berlinale.

–El reclamo de algunos directores de cine de una reforma fundamental del festival se unió a críticas contra usted...

–Ahí se mezclaron dos cosas. Los directores reclamaban transparencia en el nuevo equipo de la dirección de la Berlinale para después de 2019. Esto es completamente legítimo. Sin embargo, el debate que se generó en torno a ello no tuvo gracia. Sobre todo en el extranjero no entendían qué pasaba. Hubo gente que dijo: ‘la Berlinale no es segura, mejor no mandemos nuestras películas’. Fue algo de lo que nos dimos cuenta.

–¿El debate en torno al sexismo en Hollywood tiene repercuisiones?

–El debate #MeToo ha tenido gran repercusión. Ahora las películas se miran de manera diferente. Cuando antes se tiraban a una secretaria en la pantalla grande se decía: ‘bueno, está así en el guion’. Ahora se dice: ‘bueno, en estos momentos no debemos mostrarlo’. Hay aún un gran número de películas en las que las mujeres sufren escenas humillantes, pero hay otras en las que se trata el tema del acoso sexual y del abuso de poder. Hay algunas cintas en las que al final el hombre es el tonto.

–¿Se va a colocar la Berlinale políticamente de nuevo, por ejemplo, con películas como el ascenso del nacionalismo en Alemania y en Europa?

–No se puede separar el arte de la realidad. Sigue habiendo películas sobre el tema de la migración, también sobre la huida.

Otras películas amplían el tema. Tratan de las consecuencias destructivas de la globalización. Por ejemplo, cómo puede ser que la Unión Europea destine un dineral a la exportación de carne de cerdo y de productos agrícolas a África y a otros países y al mismo tiempo destruya las estructuras agrícolas en estos países. Hay también un gran número de cintas que se ocupan de la religión y del ascenso de la derecha en Europa.

Espectáculo de grandes estrellas

En la Berlinale habrá también un gran espectáculo con enormes estrellas.

–Ha anunciado que tras el vencimiento de su contrato como director del festival, en mayo de 2019, no piensa volver a presentarse para el puesto. ¿Se podría imaginar como titular de algún otro encuentro de cine...?

–No se debe decir nunca, aunque no me presentaré para uno de los dos puestos (director artístico y ejecutivo). En el caso de que se lleve a cabo en algún momento la división de las dos tareas. Propuse hace años dividir el puesto en dos. Si quiero hacer algo a toda costa, entonces estoy convencido de que podré lograrlo. Dónde, es algo que aún no está decidido. Existen muchas posibilidades. Quizás estudie historia del arte, geografía o español y venda brezeln (tradicional pan alemán en forma de lazo) en el mercado.

Kosslick, de 69 años, dirige la Berlinale desde 2001, que junto con el de Cannes y Venecia se alza como uno de los tres grandes.

El contrato de Kosslick vencerá en mayo de 2019. Famosos realizadores alemanes solicitaron en un escrito un proceso transparente a la hora de elegir al director siguiente y renovación en cuanto a contenido.