Moscú.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dio a conocer este jueves que la explosión el día anterior de una bomba en un supermercado de San Petersburgo se trató de un atentado terrorista, en tanto el Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso) busca al presunto autor con base en las imágenes de las cámaras de seguridad del establecimiento.

El artefacto de fabricación casera, equivalente a 200 gramos de TNT, dejado dentro de una mochila en la consigna de una sucursal de la cadena de supermercados Perekriostok por un individuo encapuchado, no causó víctimas mortales y dejó catorce heridos, seis de ellos hospitalizados.

Ayer mismo ordené al director del FSB (Vladimir Bortnikov) que la detención de esos sujetos se haga con apego a derecho, con pleno respeto de las leyes. Pero si surge el más mínimo riesgo para la vida de nuestros efectivos, de nuestros oficiales, actuar de la manera más decidida y no detener a nadie: matar a esos bandidos sin contemplaciones, dijo Putin al condecorar a un grupo de militares rusos que regresaron de Siria.

Después del categórico anuncio de Putin, la vocera del Comité de Instrucción declaró que se manejan varias hipótesis con su respectiva línea de investigación, entre ellas la de un atentado terrorista, aunque inicialmente se habló sólo de un intento de asesinato de dos o más personas.

Más tarde, ya por la noche, tuvo que saltar al ruedo de las aclaraciones el portavoz de Putin, Dimitri Peskov, para comentar que es normal que las distintas dependencias encargadas de la seguridad del Estado no hayan mencionado al comienzo que la explosión pudo haberse debido a un atentado terrorista. Dio a entender que ello podría entorpecer la búsqueda del presunto autor y, si fuera el caso, de sus cómplices.

Hasta el momento nadie ha reivindicado el posible atentado y sólo se sabe que la persona que aparece en las imágenes grabadas con una mochila no tiene rasgos eslavos, lo cual hace suponer una eventual vinculación con grupos islamitas radicales.

Tampoco se excluye que la colocación de la bomba haya sido una venganza de un empleado despedido por la empresa.