Madrid

En su tradicional balance político anual, el presidente del gobierno español, el derechista Mariano Rajoy, informó que había decidido convocar a la sesión constitutiva del futuro Parlamento catalán para el próximo 17 de enero, que será la fecha en la que todos los diputados electos deberán comparecer en Barcelona para iniciar la legislatura. Esta decisión fue adoptada por Rajoy en función de las competencias que asumió tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que permitió al gobierno español asumir el control de la Generalitat de Cataluña, disolver las Cortes y convocar a elecciones.

Los comicios del pasado 21 de diciembre arrojaron una nueva mayoría al bloque independentista, que entre las tres formaciones sumó 70 diputados -dos menos que en la legislatura anterior pero suficientes para la mayoría que exige la formación de gobierno, 68-. Sin embargo, al menos cinco de los diputados nacionalistas están en una situación que les impedid tomar posesión del cargo hasta que el bloque soberanista logre formar gobierno. Entre ellos se encuentran el ex presidente catalán, Carles Puigdemont, refugiado en Bélgica desde finales de octubre; el ex vicepresidente Oriol Junqueras, preso en la cárcel de Estremera desde el pasado 2 de noviembre; el presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, encarcelado en la prisión de alta seguridad de Soto del Real; y tres de los cuatro ex consejeros también refugiados en Bruselas.

Con este escenario y con el reloj en marcha para activar la nueva legislatura, Rajoy decidió acortar unos días los plazos y fijar la sesión para el próximo 17 de enero. La fecha se negoció con los grupos parlamentarios elegidos en las urnas, con la excepción de la formación anticapitalista y feminista de la Candidatura de Unidad Popular (CUP), que obtuvo cuatro diputados.

El Parlamento catalán, integrado por 135 escaños, quedó de la siguiente manera después de los comicios: Ciudadanos fue la fuerza más votada, con 36 diputados; en segundo lugar se situó la formación de Puigdemont, Junts per Catalunya (JuntsxCat, nacionalistas conservadores), con 34; después Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), con 32; el Partido Socialistas de Cataluña (PSC), con 17; Catalunya en Comú, con ocho; y con cuatro las CUP y el derechista Partido Popular (PP):

Con este reparto de escaños, el único bloque que podría sumar los apoyos necesarios para formar gobierno es el que defiende la independencia -JuntsxCat, ERC y CUP-, sin embargo todavía tienen que definir su pacto de investidura y decidir quien se presentará como candidato a la presidencia. Desde JuntsxCat están empeñados en que el único candidato posible es Puigdemont, para restituir el gobierno legítimo, por lo que incluso proponen que para evitar su inminente detención en cuanto pise territorio español sea investido de forma telemática y tome las riendas de Cataluña desde su refugio en Bruselas.

Rajoy calificó el viernes esta posibilidad de absurda y de disparate. Además de advertir que según los datos que manera el Ejecutivo la crisis política en Cataluña es el principal factor de riesgo para la recuperación económica que vive España después de la larga crisis económica y financiera que se ha prolongado casi diez años.