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El Museo del Palacio de Bellas Artes exhibe 136 piezas de la colección del pintor

Homenaje a Roberto Montenegro busca revalorar el arte popular

Esta muestra intenta mostrar sus aportaciones, incluso cuando era funcionario público

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Este Chintete en forma de tigre, de autor desconocido, elaborado el siglo pasado con madera tallada en Temalacatzingo, Guerrero, forma parte de la colección de arte popular de Roberto MontenegroFoto cortesía INBA
 
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de enero de 2018, p. 3

A casi 131 años del nacimiento de Roberto Montenegro (1887-1968), el Museo del Palacio de Bellas Artes rinde homenaje al pintor jalisciense con una magna exposición, a fin de promover y destacar la valoración estética del arte popular, así como su relevancia histórica en el desarrollo de una identidad nacional.

La muestra Roberto Montenegro: expresiones del arte popular mexicano consta de 136 objetos pertenecientes a la colección de arte popular que –con más de 3 mil piezas– creó el muralista por encomienda gubernamental entre los años 20 y 50 del siglo pasado.

Las obras exhibidas se agrupan en los rubros de alfarería, juguetería, tejidos, hilados, utensilios, lacas, charrería, máscaras, pintura del siglo XIX y exvotos, títulos que se extrajeron del libro Las artes populares en México, publicado en 1921 por Gerardo Murillo, Dr Atl.

Esta exposición marca el acercamiento y continuidad que siempre perteneció a este recinto, ya que en 1934 aquí se inauguró el Museo de Arte Popular, precisamente con su director Roberto Montenegro, expresó Miguel Fernández, director del recinto.

Una colección de más de 3 mil piezas

Ernesto Martínez, titular del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), precisó que el acervo del Instituto Nacional de Bellas Artes se enriquece con 3 mil 153 piezas de arte popular coleccionadas a lo largo de muchos años por el maestro Roberto Montenegro, que ya fueron restauradas casi en su totalidad.

Arturo López, autor del concepto curatorial de la exhibición, planteó que una de las misiones de este recinto es realizar exposiciones conmemorativas que tengan enfoques con nuevos contextos culturales de uno de los siete muralistas que tenemos.

El concepto rector, aseguró, también es ejemplificar las aportaciones artísticas de Montenegro y cómo promovió e impulsó el arte, incluso cuando llegó a ser funcionario público.

Agregó que el criterio para seleccionar las 136 piezas de la muestra fue seleccionar productos artesanales que dieran contexto a la riqueza cultural de México y a esa pluralidad étnica de la que provenimos.

En los años 20 del siglo pasado dio inicio en el país el renacimiento artístico, justo cuando Montenegro regresó de un viaje a Europa.

Durante un breve recorrido para medios en la sala Siqueiros (la primera de cuatro), donde se exhibe la pintura Tehuanas, López explicó que se trata de una figura recurrente en las obras de Roberto Montenegro.

Por su parte, Sol Rubín de la Borbolla, dirigente del Centro Daniel Rubín de la Borbolla, comentó que la entrada de esta sala es muy significativa: habla de la esencia de la exposición, cuyo contenido refleja este diálogo del arte popular y las artes plásticas, mediante la cerámica.

En ese espacio se ofrecen tablets con programas interactivos basados en la obra Mapa de las artes populares (1929), en las que el público puede consultar textos y audios referentes a esa pieza, que no se encuentra físicamente.

La segunda habitación es dedicada a los estudios y textos que publicó Montenegro, entre ellos Máscaras (1926), impreso en los Talleres Gráficos de la Nación. Se incluyen dos de los principales dibujos que realizó el maestro tapatío para ilustrarlo.

En su afán de enriquecer la experiencia de los visitantes, el Museo del Palacio de Bellas Artes digitalizó uno de los murales menos conocidos de Montenegro, La fiesta de la Santa Cruz (1923), que se encuentra en la sede de Cencropam, en lo que fue el Antiguo Colegio de San Pedro y San Pablo. Se busca que los asistentes conozcan esa celebración de los trabajadores de la construcción (celebrada el 3 de mayo) así como la idea de la reconstrucción del país, después de la Revolución.

Otra estancia aloja piezas que datan de finales del siglo XVIII e inicios del XIX, con las que se presume que Montenegro planeaba documentar la producción artesanal de diversas entidades del país.

Roberto Montenegro (Guadalajara, 1887) fue pintor, litógrafo y escenógrafo. Estudió con Félix Bernardelli y en 1906 ingresó en la Academia de San Carlos, donde se instruyó con Antonio Fabres, Germán Gedovius, Leandro Izaguirre y Mateo Herrera.

En 1920 fue nombrado jefe del departamento de artes plásticas de la Secretaría de Educación Pública y, junto con el Dr. Atl y Jorge Enciso, organizó una exposición de arte popular que inauguró el general Álvaro Obregón en 1921, con motivo de las fiestas del centenario de la consumación de la Independencia.

La muestra Roberto Montenegro: expresiones del arte popular mexicano permanecerá abierta hasta el 25 de febrero de 2018 en el Museo del Palacio de Bellas Artes, en el Centro Histórico.