El mexicano Antonio Argüelles, nadador de aguas abiertas, no piensa en premios ni reconocimientos cuando tiene que soportar el dolor que le causan las bajas temperaturas, mucho menos cuando realiza un enorme esfuerzo físico para no sucumbir ante la hostilidad del océano; en su mente todo se desvanece y sólo persiste el deseo de culminar otra gran aventura.

No obstante, gracias a la que considera la aventura más grande de su vida: completar el reto de cruzar a nado los Siete Mares, el cual concluyó en agosto pasado luego de casi tres años, este lunes fue nombrado Hombre del Año 2017 por la Asociación Mundial de Natación de Aguas Abiertas, reconocimiento que también obtuvo en 2015, siendo el único que lo ha recibido en dos ocasiones.

Récord Guinness

Tras consumar dicha travesía, Argüelles se convirtió en el primer mexicano y la séptima persona en el mundo en lograrlo, con la particularidad de ser el de mayor edad en hacerlo, a sus 58 años, lo cual también le valió establecer un récord Guinness.

En septiembre pasado fue propuesto para recibir el Premio Nacional de Deportes 2017 en dos categorías: atleta amateur y también al mérito deportivo, pero no ganó ninguna.

Para Argüelles, este tipo de reconocimientos quedan un poco de lado cuando se trata de cumplir una meta que él mismo se propuso. “Estoy muy contento, sobre todo porque es un nombramiento a escala global, pues competí con otros 12 nadadores de diferentes países y finalmente yo lo conseguí, con esto se cierra un capítulo en mi vida.

Creo que todos debemos tener deseos, tratar de alcanzar objetivos que nosotros mismos nos pongamos enfrente. El trayec- to que recorrí dentro del reto de los Siete Mares no fue fácil, fue como el camino de la vida, donde te encuentras con muchas cosas, tienes miedo, dudas, dolor, aparecen muchas cuestiones impredecibles, pero siempre he dicho que lo que sucede en los nados es simplemente lo que ocurre todos los días en la vida, declaró en entrevista con La Jornada.

Disfrutar el camino

Destacó que lo más importante de cada uno de sus cruces “siempre ha sido disfrutar el camino pese a todos los obstáculos que se presenten. Obviamente la finalidad es llegar a la meta, pero nunca hay que olvidarnos de gozar cada momento, los premios y los reconocimientos son un extra, me encantan, son el resultado de un esfuerzo personal, pero para mí lo fundamental en cada nado es llevar a cabo otra aventura.

Me hubiera gustado nacer en otro siglo, en la época de los piratas, me hubiera encantado ser uno de ellos o algún aventurero o un explorador; por eso, en cada travesía construyo mis propias historias, lo que venga junto con los logros personales ya es ganancia, siempre hay que tratar de cumplir nuestros propios objetivos; lo demás llega solo.