ba yo a escribir de las elecciones en Cataluña o de los debates en Australia sobre lo que deberían hacer en relación a las rivalidades estadunidense-china en el sureste asiático. Considero ambos tópicos de importancia crucial para el futuro inmediato de nuestro sistema-mundo capitalista. Pero lo que todo mundo quiere discutir, me parece, es al señor Trump –qué va a decir ahora, y si importa.
La cuestión que la gente se pregunta, tanto amigos como adversarios, es: ¿podrá durar? Yo no solía pensarlo, pero ahora lo hago y aquí digo por qué. ¿Qué es lo que sabemos de la situación actual? Trump es vastamente impopular y los resultados de sus encuestas, ya ahora bajos en extremo, bien podrían muy pronto bajar más.
Trump alega que los resultados bajos en sus encuestas son noticias falsas. Y parece que él mismo lo cree así. Trump actúa para satisfacer su ego. Mide sus logros a través de su habilidad para mantenerse en el cargo ahora, ganar la reelección en 2020 y mantenerse en su puesto hasta 2024.
Pienso que éstas son sus tácticas. Primero, busca mantenerse como noticia constantemente, aun si son noticias negativas. Noten que este comentario mío demuestra que lo logró conmigo. Una de los pocas cosas perspicaces que Trump ha dicho es que muchas de las ventanas noticiosas mismas sobreviven porque hablan de él. De otra manera, Trump dice, muchas ya estarían en bancarrota.
No obstante, mantenerse en las noticias no es suficiente. Trump busca siempre seguir polarizando los escenarios de la opinión pública estadunidense y mundial. Mientras más polarizados estén los residentes y votantes estadunidenses más seguro estará él. Pende sobre él la amenaza del posible hallazgo, por parte de un gran jurado, de que procuró y recibió asistencia rusa en su elección de 2016. Por supuesto que Trump niega esto. Pero sus minions también atacan implacables a cualquiera que aporte o brinde evidencia de que haya cometido alguna ilegalidad: su lema es que nunca hay que admitir ni la más mínima cosa. Y hacen lo que sea necesario para negarle credibilidad a sus críticos.
¿Puede Trump ser llevado a juicio? Conforme avanza el tiempo, parece cada vez más improbable. Y aun si el Senado estadunidense votara por mayoría este juicio, esto meramente enviaría el asunto a la cámara de representantes. Ahí se requieren dos tercios de la votación para condenarlo. ¿Le podrán negar una candidatura republicana en 2020? Sería muy poco plausible, pues Trump podría contender como independiente y esto sin duda garantizaría una victoria demócrata.
La consecuencia en las elecciones de una jugada contra Trump vendría de dos factores. El núcleo de los considerados súper leales se negará a apoyar a cualquier político que intente echar a Trump. Al mismo tiempo, sus simpatizantes suaves
podrían también abstenerse de votar por Trump por el descontento que existe con sus posiciones extremas
. Obviamente serán los demócratas los que ganen. Algunos analistas prevén lo que se conoce como elección por oleadas –victorias demócratas a todo lo ancho.
La amenaza de un arrasamiento demócrata tiende a reunificar a los republicanos y de algún modo dividir a los demócratas que están debatiendo sus propias tácticas. Lo crucial es recordar que Trump nunca se irá calladamente –¡Trump es golpeteo! Luchará como un tigre herido hasta el final. Perpetrará cualquier acto, por escandaloso que sea, si eso le ayuda a impulsar su causa. Ésta es, entonces, su fortaleza personal. Yo, personalmente, no pienso que una reelección de Trump vaya a ser tan desastrosa. Creo, como muchos, que un presidente Pence sería mucho más grave para las causas progresistas que un presidente Trump –sólo que habrá un poco menos de golpeteo.
En el resto del mundo, Trump no tiene poder. Sin embargo, este simple hecho lo puede hacer muy peligroso. Y conforme se mueve de una total ignorancia acerca del mundo a entender un poco, comete más y más errores. Entonces pierde más y más su capacidad –y en consecuencia la de cualquier futuro presidente de Estados Unidos– de poder ganar con alguna ventaja diplomática. Pero él es peligroso, porque controla el lanzamiento de armas nucleares estadunidenses con una propensión irreprimible a proferir amenazas provocadoras, sin estar preparado para llevarlas a cabo.
Estamos, me temo, atorados con el golpeteo de Trump. Pero eso no significa que no seamos capaces de obtener algunas victorias para las causas progresistas. Debemos concentrarnos en lo que nosotros podemos hacer y no en lo que Trump podría acometer.
Traducción: Ramón Vera-Herrera
© Immanuel Wallerstein