La Habana.

El cantautor cubano Silvio Rodríguez inauguró la edición 59 del Premio Casa de las Américas en la que concursan más de 200 obras en diferentes géneros. El autor de canciones como Ojalá y Óleo de mujer con sombrero destacó la importancia de la institución para la vida cultural de América Latina y el Caribe.

El cantautor recordó cuando en 1968, en esa misma sala, participó en un concierto junto a Pablo Milanés y Noel Nicola, fundadores del Movimiento de la Nueva Trova. Estaba bastante azorado, casi no me lo creía, porque en febrero de 1968 Casa de las Américas era ya un lugar honroso y querido, liderado por una heroína y respaldado por brillantes artistas y escritores, recordó Rodríguez.

Este entrañable acto aún no ha incluido la modalidad de canción, señaló Rodríguez, quien consideró que “es incuestionable que aquí se ha cantado mucho, tanto con lírica como con guitárrica”.

El Premio Casa de las Américas otorga reconocimientos en las categorías de cuento, poesía, narrativa, teatro, ensayo, literatura brasileña, obras escritas en inglés o creol, entre otros galardones.

En cambio, la sala Che Guevara de la Casa de las Américas en La Habana será la sede de mesas y paneles de discusión sobre creación literaria, circulación editorial y traducción en el Caribe.

Otros paneles previstos son Fuera del canon: el otro lado de la literatura brasileña y Teatro de lo real y lo social: Latinoamérica, 2018.

La Galería Latinoamericana de la institución ofrecerá la muestra Pioneros del arte digital, que ofrece obras de artistas de Brasil, Argentina y México sobre los primeros pasos de esa expresión en la región. El 24 de enero la Casa de las Américas recibirá el Premio Unesco-UNAM/Jaime Torres Bodet 2017 en ciencias sociales, humanidades y arte, que reconoce el papel de la institución en el desarrollo de las relaciones socioculturales entre los países de América Latina, el Caribe y con el resto del mundo.

Presidida actualmente por el poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar, la Casa de las Américas fue creada en 1959 por la dirigente revolucionaria Haydée Santamaría, como un espacio para fomentar la creación literaria en el continente.

La institución ha sido espacio de trabajo de figuras de la literatura latinoamericana como el poeta salvadoreño Roque Dalton, el dramaturgo guatemalteco Manuel Galich, el argentino Julio Cortázar o el peruano Mario Vargas Llosa. Este último rompió años después con la revolución cubana.

Durante las décadas de los 70 y 80 del pasado siglo, la Casa de las Américas vivió su momento de mayor auge al acoger a pensadores y políticos de América Latina que huían de las dictaduras militares del cono sur.