Un universo carmesí
, el pectoral que portó Tz’ak-b’u Ajaw
Forma parte de la exposición Golden kingdoms; en febrero va al Met de NY
Jueves 18 de enero de 2018, p. 3
El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York se prepara la recibir a finales de febrero la magna exposición Golden kingdoms, en la cual se presenta por primera vez el ajuar funerario íntegro de la Reina Roja de Palenque.
La muestra, que se encuentra estos días presentándose en el Museo J. Paul Getty de Los Ángeles, ha sido reconocida por la prensa estadunidense como elegante, suntuosa e impresionante
, conformada por más de 300 objetos provenientes de varios países de América Latina.
La presencia de México deslumbra con esas galaxias dispersas en un universo carmesí
, como describen a las cientos de cuentas y teselas que integran el pectoral de la indumentaria que portó en su sepulcro Tz’ak-b’u Ajaw, la Señora Sucesión
.
En 1994, la tumba de la Reina Roja fue descubierta en el templo XIII de la zona arqueológica de Palenque, Chiapas, por el arqueólogo Arnoldo González Cruz y su equipo de colaboradores.
Tras varios años de trabajo de un equipo multidisciplinario del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hoy es posible admirar una aproximación fidedigna del entierro de esa alta dignataria maya del periodo Clásico, supuesta consorte del gobernante Pakal, quien falleció entre los 50 y 60 años de edad.
La reconstrucción del ajuar funerario contó con el apoyo financiero del Instituto de Investigación Getty, y se basa en el minucioso registro que de estos materiales llevó a cabo el equipo del Proyecto Arqueológico Palenque, informó el INAH en un comunicado.
Anteriormente sólo se había expuesto la máscara de malaquita y el collar de la Reina Roja restaurados por Juan Alfonso Cruz.
La Reina Roja, editado por el CNCA y Turner
En meses recientes correspondió al restaurador Constantino Armendáriz analizar toda la información proveniente de estudios antropofísicos y antropométricos (realizados por Arturo Romano y Vera Tiesler) hechos a los restos óseos, para dibujar a detalle una propuesta de reconstrucción de todo el ajuar, el cual se espera mostrar a mediano plazo en el Museo Alberto Ruz Lhuillier, de la zona arqueológica de Palenque, en cuanto concluya su periplo fuera del país.
El cuerpo de Tz’ak-b’u Ajaw fue amortajado hace mil 345 años. Luego de realizarse los rituales que correspondían a su estatus, sus restos fueron purificados con agua y posteriormente embadurnados por completo con cinabrio, detalla el arqueólogo González Cruz en el libro La Reina Roja, una tumba real de Palenque (publicado en 2011 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el INAH y Turner).
“Posteriormente, añade el arqueólogo, le fue colocada su mejor indumentaria: un pik de algodón que le cubría el cuerpo desde abajo de los senos hasta la altura de los tobillos y sobre ésta, un k’ub (pectoral) también de algodón que llegó a envolverle el pecho y la parte superior de los brazos; estaba adornado con numerosas cuentas de jade y concha que cubrían casi toda su superficie.
Sus largos cabellos fueron arreglados en numerosas trenzas para conseguir un soporte abultado que permitiera colocarle el tocado del dios Narigudo compuesto de teselas de jade, concha y piedra caliza, que había sido concebido para encumbrar la condición suntuosa de su portadora en el más allá.