Rumbo al monopolio del entretenimiento
on varios los duros golpes que ha sufrido recientemente la empresa que heredó de su padre y que Rupert Murdoch (86 años) convirtió en gran imperio: 21 Century Fox New. Primero tuvo que pagar hace tres años 2.5 millones de dólares a la comentarista Tamara Holder, la primera que denunció publicamente la cultura de acoso sexual y que obligó a la dimisión del presidente de Fox News, Roger Ailes. Y en septiembre pasado, sin tanta publicidad mediática, indemnizó con 20 millones a otra presentadora, Gretchen Carlson, también por abuso sexual. Esta vez el acusado fue Francisco Cortés, vicepresidente de la cadena Fox News Latino. Tuvo que dejar su cargo. Otros funcionarios corrieron la misma suerte, pero los arreglos con las víctimas fueron secretos.
Otro gran golpe se lo propinó recientemente el conglomerado de medios Disney al adquirir sus estudios de cine y televisión. Pagó por ellos 52 mil 400 millones de dólares. La mayor compañía de entretenimiento del mundo se apodera así de la red de distribución internacional de la Fox, sus canales de televisión, parte de la participación que tenía en la ABC, la NBC y Time Warner; una colección de canales FX, National Geographic, Sky, la india Star y los derechos de actos deportivos en Europa y América Latina. Murdoch sólo se queda con la Fox Broadcasting, que comprende los canales de noticias y deportes y las emisoras locales. La deja en manos de su hijo James.
Tanto Fox como Disney destacan mundialmente por la producción de películas y series para la televisión. Pero los medios tradicionales de la industria del entretenimiento registra tal cambio que el imperio Murdoch prefirió obtener dinero fresco para otros negocios y dejar que Disney refuerce su presencia en lo que es el futuro: el streaming o video online.
Con esta compra Disney adquiere mayor influencia en Hollywood y los derechos de series tan atractivas como X-Men, Avatar y Fantastic Four; explotar personajes como Deadpool, Wolverine y los indispensables Simpson. De esta manera espera competir con los nuevos creadores y distribuidores de contenido audiovisual que revolucionaron en unos cuantos años la industria del entretenimiento: Google, Amazon, Facebook y Netflix. El servicio online de Disney empezará a funcionar en 2019 y la suscripción será más barata que la de Netflix.
Hay todavía un obstáculo legal a vencer: que las autoridades responsables de regular la competencia en Estados Unidos aprueben que Disney se convierta en agente dominante en el negocio del entrenimiento. Recién bloquearon la fusión entre AT&T y Time Warner.
Mientras, en México, las cadenas de televisión van a paso de tortuga en cuanto al cambio de tendencias y tecnología. Siguen con sus refritos de telenovelas y Ventaneando.