A 78 años de su creación, la inclusión y la equidad de género llegó a la Escuela Militar de Enfermería. Por primera vez en esta institución, donde se han formado más de 4 mil 500 especialistas en el cuidado de la salud, se abrieron las puertas a los hombres.

En esta escuela, cada uno de sus integrantes se capacita de manera directa, y con apoyo de tecnología de punta aprende y aplica nuevas técnicas de enfermería, sin dejar la carrera militar.

La historia de esta institución comenzó formalmente en marzo de 1938 por la necesidad de contar con personal de enfermería profesionalizado. Las primeras instalaciones se construyeron en el Hospital Militar General, ubicado entre Doctor Vértiz y Doctor Lavista, en el centro de la Ciudad de México.

Entonces se consideraba requisito de escolaridad haber cursado la primaria y el plan de estudios tenía una duración de dos años; sin embargo, la necesidad de profesionalizar a los integran­tes de las fuerzas armadas en esta especialidad se fue transformando y en la actualidad los cadetes cursan estudios de licenciatura durante cuatro años.

Durante 78 años se denominó Escuela Militar de Enfermeras y sólo estudiaban mujeres, pero el primero de septiembre de 2017 cambió su denominación a Escuela Militar de Enfermería y se abrió la posibilidad de ingreso para personal masculino.

Montserrat Barrera Vaca, sargento primero de cadetes, está a cargo de más de 70 estudiantes, está a meses de graduarse y su anhelo es hacer una especialidad en la Escuela para Graduados de Sanidad y cursar una especialidad en enfermería quirúrgica.

Lo que más me ha gustado es vivir la transformación de la escuela. Cuando llegué era totalmente diferente a lo que tenemos; ahora contamos con tecnología de punta para nuestros estudios y el desarrollo de prácticas teóricas, además de la aplicación directa de los conocimientos. Se cuenta con monitores por sensores para practicar obstetricia, pediatría, médico quirúrgica y laboratorios de primer nivel.