Pumas dejó claro que el invicto que tiene no es un espejismo y como muestra estuvo la victoria 2-0 que propinó al campeón Tigres en la jornada cinco del torneo Clausura 2018. Los norteños quedaron a deber, se mostraron frágiles y la escuadra de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aprovechó esas fallas para romper con la paternidad que el equipo de la Universidad Autónoma de Nuevo León había ejercido en los ocho partidos anteriores.

Humildad y trabajo, como dijo el técnico David Patiño, han sido claves para el resurgimiento de los Pumas, un equipo que ha recuperado la garra y lo refleja al ubicarse en el tercer puesto de la tabla general, con 11 unidades. En cambio, el plantel regiomontano se quedó en el octavo peldaño con siete puntos.

El cuadro capitalino salió a matar en la cancha del estadio Olímpico Universitario. Los auriazules sabían de la peligrosidad de Tigres y desde el silbatazo inicial arriesgaron en cada jugada, esfuerzo que fue retribuido con tantos de Alejandro Arribas (18) y Matías Alustiza (34).

Pablo Barrera se convirtió en un látigo para los Tigres al atacar desde la banda derecha, ya que con pases largos hizo sufrir a los norteños en más de una ocasión.

Los visitantes hicieron poco en el terreno de juego. El tridente ofensivo de Enner Valencia, Ismael Sosa y André-Pierre Gignac quedó anulado. Los Tigres parecían un equipo deslucido, sin carácter. Ni rastro había de la supremacía que han demostrado en otros encuentros.

El español Arribas adelantó a los Pumas al minuto 18 con un cabezazo dentro del área, tras una extraordinaria jugada de Pablo Barrera por la derecha. Un gol que la afición festejó con el clásico grito de ¡Goya, Goya!, al tiempo que el zaguero festejaba frente a las gradas su primer tanto en México.

Los Tigres intentaron responder, buscaron espacios para generar el ataque, pero los auriazules no se arredraron; al contrario, afilaron las garras y fueron por el segundo tanto, que cayó al minuto 34.

Alustiza recibió un pase largo y ante una salida adelantada del arquero Nahuel Guzmán definió con un globito que entró directo a las redes.

Aniversario feliz

La Rebel, afición de los auriazules, no tuvo reparos para desatar una verbena; festejaban los 20 años de su creación y lo hacían de la mejor manera: con goles ante uno de los equipos más fuertes de la Liga Mx.

Los Tigres sufrieron una baja importante, cuando Javier Aquino se quejó de una molestia y fue relevado por Jürgen Damm, aunque poco pudo hacer ante el juego preciso de los Pumas.

Arribas estuvo cerca de marcar un doblete al recibir un pase en el área y rematar desde el costado derecho, pero el balón pegó en el segundo poste.

La intensidad no bajó en el complemento, cuando Pumas mantuvo protagonismo ante el desequilibrio de Tigres. Un asombrado Ricardo Tuca Ferretti quiso cambiar el esquema de juego para reforzar la ofensiva, por lo que gastó todos sus cambios al enviar a la cancha a Eduardo Vargas y Alberto Acosta.

Nahuel Guzmán, quien salió con una gorra blanca, erró al soltar el balón en una jugada de riesgo.

Alustiza aprovechó la falla, lanzó un potente disparo cruzado y el esférico pasó a centímetros del arco. El delantero tuvo que salir en camilla por una lesión. Los aficionados reconocieron su entrega y lo despidieron con una ovación, al tiempo que el argentino Mauro Formica entró a la cancha.

La polémica no faltó cuando Nicolás Castillo fue detenido por Juninho. El zaguero tocó en el tobillo al ariete chileno, parecía penal, pero el árbitro Érick Yair Miranda no marcó falta.

Tigres intentaba generar peligro, aunque se topó con un equipo de Pumas ordenado. En el banquillo, Ferretti no escondía su molestia por lo que pasaba en el césped, mientras Patiño consultaba el reloj con nerviosismo; tenía la ventaja, pero no podía cantar victoria.

En uno de los palcos, Juan Carlos Osorio, técnico de la selección mexicana, también apreciaba el duelo.

Los capitalinos sabían que no tenían la mejor plantilla ni la más costosa, por lo que apelaron a la garra y entrega que ha distinguido al club de la UNAM para retener el triunfo.

Los norteños intentaron atacar en los últimos minutos; sin embargo, los auriazules se crecieron, no estaban dispuestos a caer en su estadio, ante su afición. Llegó el silbatazo final y los de la UNAM se lanzaron al festejo.

¿Cómo no te voy a querer?, se escuchaba a coro en las gradas; era el canto con el que la afición reconocía la victoria, pero sobre todo el carácter con el que habían disputado el duelo los auriazules, un estilo de entrega que después de mucho tiempo habían recobrado.

El alumno le ganó al maestro

Al término, Ferretti aceptó que la derrota fue resultado por un mal partido de su equipo. Jugamos como si no supiéramos jugar. Pumas hizo poquito para ganar y nosotros no hicimos nada. Dejó claro que la altitud de Ciudad de México no es un pretexto por el descalabro, ya que simplemente nos faltó jugar futbol.

Emocionado, Patiño aseguró que ganamos con autoridad, y reconoció que el triunfo fue significativo por haberle ganado a Tuca Ferretti, mi maestro. El timonel afirmó que vencer a Tigres viste mucho, porque es uno de lo equipos más fuertes, pero enfatizó que no echan las campanas al vuelo, porque saben que aún falta mucho camino por recorrer en el torneo.