Tras el fracaso de diversos proyectos legislativos para regularizar la estancia de los dreamers en Estados Unidos, este sector podría comenzar a ser blanco de deportaciones masivas, lo que los perjudicaría no sólo a ellos y a sus familias, sino incluso a la sociedad estadunidense de la cual forman parte y que se puede beneficiar con su potencial, señalaron activistas de organizaciones especializadas en el tema.

Marco Antonio Castillo, integrante de la Asamblea Popular de Familias Migrantes, afirmó que el boicot del presidente Donald Trump a los acuerdos en favor de los dreamers y la falta de resolución de otras fuerzas políticas para defenderlos ha demostrado que los migrantes nunca han sido un tema prioritario para las instituciones estadunidenses.

Ambos sectores (demócratas y republicanos) han sido exitosos en encontrar una manera de no asumir su responsabilidad, porque para los dos es conveniente dejar las cosas como están. La discusión (legislativa sobre el tema) se desinfló de inmediato y los grupos reconocieron que no tenían condiciones para llegar a un acuerdo, lamentó.

Castillo lamentó que los hijos de migrantes indocumentados se hayan convertido en el botín de grupos políticos en EU, y alertó que las deportaciones masivas son un peligro real para los dreamers, como parte de un escenario en donde el gobierno mexicano tendría que estar alerta para frenar las expulsiones o para ayudar a quienes las padezcan.

Pese a ello, el luchador social estimó que aún hay probabilidades de que el gobierno de Trump se vea obligado a postergar acciones de ese tipo por la presión social de quienes simpatizan con dicho sector, pues las imágenes de jóvenes estudiantes siendo detenidos y encarcelados, despertaría un fuerte movimiento en contra y le pegaría mucho a quien sea responsable de ello.

Por su parte, María García, de la Organización Binacional Migrantes-Aztlán, acusó al mandatario estadunidense de tomar a los dreamers como moneda de cambio para negociar el tema del muro en la frontera con México, sin importarle que de esta forma perjudicará a miles de jóvenes y sus proyectos de vida.

A Trump se le olvida que está tratando con seres humanos que sufren daños sicológicos y económicos. Es una acción inhumana, porque son menores criados toda su vida en Estados Unidos y los quiere regresar a México. Si ven cuánto ha invertido en educación, al gobierno estadunidense le convendría más dejarlos allá y explotar sus capacidades, subrayó.