Martes 20 de febrero de 2018, p. 2
Madrid.
Encontrar moléculas en los asteroides proporciona la evidencia más sólida de que tales compuestos estuvieron presentes en la Tierra antes de que se formara la vida.
Es la conclusión de Nicholas Hud, director del Centro de NSF-Nasa para la Evolución Química en el Instituto de Tecnología de Georgia, que considera a los asteroides auténticas cápsulas de tiempo que muestran qué moléculas existieron originalmente en nuestro sistema solar. A su juicio, tener esa información brinda a los científicos el punto de partida que necesitan para reconstruir el complejo camino que inició la vida en la Tierra.
Saber qué moléculas había entonces ayuda a determinar las condiciones iniciales que llevaron a la formación de aminoácidos y compuestos relacionados que, a su vez, se unieron para formar péptidos, pequeñas moléculas similares a proteínas que pueden haber originado la vida en este planeta.
Para entender la química del universo
“Podemos mirar a los asteroides para ayudarnos a entender qué química es posible en el universo –señaló Hud–. Es importante para nosotros estudiar materiales de los asteroides y los meteoritos, las versiones más pequeñas de los asteroides que caen a la Tierra, para probar la validez de nuestros modelos sobre cómo las moléculas en ellos podrían haber ayudado a generar vida. También necesitamos catalogarlas en asteroides y meteoritos porque podría haber compuestos allí que ni siquiera habíamos considerado importantes para comenzar la vida.”
Hud presentó su trabajo Asteroides para investigación, descubrimiento y comercio en la reunión anual de la Asociación Estadunidense para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés), que tiene lugar en Austin, Texas, Estados Unidos.
Científicos de la Nasa han analizado compuestos encontrados en asteroides y meteoritos durante décadas y su trabajo proporciona una comprensión sólida de qué podría haber estado presente cuando se formó la Tierra misma, señaló Hud.
“Si se modela una reacción química prebiótica en el laboratorio, los científicos pueden discutir si se tiene o no los materiales de partida correctos –precisó–. La detección de una molécula en un asteroide o un meteorito es la única evidencia que todos aceptarán para que sea prebiótica. Es algo en lo que realmente podemos apoyarnos”.
El experimento Miller-Urey, realizado en 1952 para simular condiciones que se cree que existieron en la Tierra primitiva, produjo más de 20 aminoácidos diferentes, compuestos orgánicos que son los componentes básicos de los péptidos. La prueba fue iniciada mediante chispas dentro de un matraz que contenía agua, metano, amoniaco e hidrógeno, materiales que se cree que existieron en la atmósfera cuando la Tierra era muy joven.
Desde el experimento de Miller-Urey, los expertos han probado la viabilidad de otras vías químicas para aminoácidos y compuestos necesarios para la vida.